Tibio aperitivo

Lobelle 2-2 Ríos Renovables Ribera Navarra (marzo 2012)
Goles de Raúl Campos (II), Jonathan y Carlos Anós

Lobelle quería el balón. Quintela tenía licencia para improvisar. Con rotaciones en bloque, siendo Chaguinha, Pazos y Charlie los más damnificados, se aseguraba una intensidad perenne. Los navarros, bien arropados, confiaban en un Molina motivado, brillante con las manos y colegial en los despejes. El speaker solicitaba un gol y Jonathan obedeció con un punterazo. Tomás perdió la compostura cuando agarraron a Hamza y Charlie. Cuando volvía el sosiego el goleador se retorció de dolor en el parqué y, pese que Anós hizo caso omiso, Cassio recriminó la actitud de David, siempre ducho en estas lides.

En la espesa reanudación los caídos en combate, de paisano, se acomodaron otra vez tras sus compañeros. Andresito no sabe que Hamza se intimida si va sólo. Lo placó y se fue a la ducha.La muralla pamplonica prefirió no desgastarse con dos minutos de persecución. Sin marear la perdiz, Campos puso el punto de mira bajo las piernas de Molina.

Anós, piernas arqueadas al galope, puso a Ríos Renovables por delante con la connivencia de Álex, que no debe ser supersticioso. La tensión hizo mella y el recurso habitual fueron los obuses de Aicardo. El míster salmantino pidió tiempo a falta de tres minutos para situar a Barroso de portero-jugador. Y, nuevamente sin recurrir a la elaboración, el diecisiete solventaba la papeleta con un derechazo cruzado. En un rebote el arquero improvisado se vio corriendo con la lengua fuera hacia su meta; tan apurado que olvidó el cuero en boca de gol. Al borde del abismo. Thiago, tan bullicioso como ineficaz, llegó con tanto ímpetu que casi le arranca la extremidad. Acción circense y quinta infracción. Nunca habría una más. Con gallardía, la portería siguió desguarnecida siempre que hubo posesión pero no se hizo sangre en la contraria. El aficionado marchó a comer sin dolor; un poco de nostalgia sí al transitar ante un póster gigante del ilusionista brasileño.