Visión de la exposición Paredes Soñadas
de Urbano Lugrís en la Obra Social Abanca (A Coruña)
*Publicado en El Faro de Vigo (3-7-2017)convirtiéndose en mi artículo 125
Tomó conceptos de Chirico y Magritte. El azul como color principal de sus cuadros no es herencia de Dalí sinó del flamenco Patinir. Principio y fin ofrece más conexión con el de Figueres.
de Urbano Lugrís en la Obra Social Abanca (A Coruña)
*Publicado en El Faro de Vigo (3-7-2017)convirtiéndose en mi artículo 125
El
Hemingway de Percalinópolis. Hijo de
un poeta, Manuel Lugrís, y una pianista, Purificación González. Le pusieron el
nombre de su tío,Urbano González; fue uno de los primeros ilustradores de La Voz de
Galicia y pintor de corte romántico, de quien Lugrís tomará la
rigidez al dibujar.
En los
años treinta se relaciona con Lorca, Alberti y la bohemia vanguardista. Gracias
a las Misiones Pedagógicas recorre con Rafael Dieste medio país y diseña
decorados para La Barraca.
Fue encarcelado por firmar un manifiesto a favor de la República en 1930 pero durante la Guerra será voluntario del Ejército Nacional en el Frente de Asturias. Extraña incongruencia. Casa con Paula Vadillo y eligen nombres poco originales para designar a sus dos retoños. La muerte de su esposa en 1961 le ahoga en una fuerte depresión que combatirá en los bares de Vigo. Pinta ese cuadro desalentador de una puerta con un minúsculo ventanuco. Casi una gatera a ninguna parte. Muere en 1973, la víspera de Nochebuena, en la ciudad olívica.
Fue encarcelado por firmar un manifiesto a favor de la República en 1930 pero durante la Guerra será voluntario del Ejército Nacional en el Frente de Asturias. Extraña incongruencia. Casa con Paula Vadillo y eligen nombres poco originales para designar a sus dos retoños. La muerte de su esposa en 1961 le ahoga en una fuerte depresión que combatirá en los bares de Vigo. Pinta ese cuadro desalentador de una puerta con un minúsculo ventanuco. Casi una gatera a ninguna parte. Muere en 1973, la víspera de Nochebuena, en la ciudad olívica.
Su obra
más integral, reconocido por él, fue el diseño de la Capilla de Santos Reis en Bueu. Trazó el proyecto y dirigió la
construcción. Las conchas, anclas, timones y anzuelos le delatan.
Lugrís
fue un pintor casi autodidacta y anárquico. Hay predilección por los temas
marineros en sus cuadros, casi siempre pintados sobre tabla.Prefería una
perspectiva onírica, idealizada y soñadora. “Pinto en gallego, razón por
la cual no puedo ser realista".
Tomó conceptos de Chirico y Magritte. El azul como color principal de sus cuadros no es herencia de Dalí sinó del flamenco Patinir. Principio y fin ofrece más conexión con el de Figueres.
En su obra pictórica hay
ecos de Valle Inclán y de la poesía de Manuel Antonio y Luz Pozo. Pero, sobre
todo, Julio Verne, el autor más submarino. También de otros escritores
decimonónicos como Stevenson o Conrad.Y bucea en el mito de la Atlántida y
leyendas gallegas y medievales. En sus artículos y poesías utilizó el
pseudónimo de Ulyses Fingal.
Colón,
Hernán Cortés o el inmortal Quijote pasean por sus cuadros. También estampas religiosas, como El Monasterio de Caaveiro, fundado por San
Rosendo.
Anticuario del puerto recrea la almoneda de un viejo marinero sin que éste
aparezca. Ni nadie más. La horizontalidad y el horror vacui mandan en la composición. La ventana, con vistas a un
puerto, se ofrece como descanso a una estancia con tanto barroquismo.
En El
puerto de Vigo dos veleros navegan por la ría bajo el motivo heráldico
de la ciudad. Al fondo el Monte de O Castro. Desecha un enfoque más urbano para
acentuar la leyenda.
Fuegos de San Telmo, que es el protector de los marineros, reinterpreta una superstición. Se
creía que las puntas de los mástiles y la
arboladura ardían como teas durante la noche. Hoy se sabe que eran meteoros
eléctricos que se forman cuando la atmósfera está cargada de electricidad. Aquí lo que está en llamas es un
árbol, en primer plano, que protege al barco.
Leyenda Marina es una obra surrealista y
mitológica, casi inquietante. El actor principal es un pez con un cuerno en la
cabeza. Sobre su lomo se erige un templo medieval. Atrás unos riscos. Todo
bañado por la luz lunar. Un galeón en escorzo y un hipocampo parecen ajenos a
todo.
Pintar
panorámicas de su ciudad natal fue una constante. Así, la Torre de Hércules viste diferente ornamentación, a veces
con los dos torreones de Amaro Antúnez otras con un farol adosado. Su
gran mecenas coruñés fue el armador Miguel San Claudio San Pedro.Vista
de la Coruña 1669 interpreta
una obra de Baldi, dibujante de cámara de Cosme de Médicis. La parte derecha,
zona vieja y Castillo de San Antón, es la más diferenciada. El italiano dibujara a Hércules dentro del
escudo y ahora aparece la Torre. La
curiosa firma del herculino es P.M.A que se interpreta como un halago al
artista transalpino.Post mortem autoris. Un jeroglífico más.Como los que habituaba
a confeccionar para Vida Gallega. En dicha revista también se atrevió a plasmar
mapas de la ruta jacobea.
Galicia sigue la tradición de
las cartografías utópicas del medievo. Hay metáforas gastronómicas, leyendas y
patrimonio artístico. Recurre a fuertes contrastes cromáticos y a la sucesión
de objetos a diferentes alturas para logar cierta perspectiva. Hay islas fantasma, monstruos marinos,
catalejos… Y sus cubistas montañas son geométricas pirámides.
Un romero arrodillado provisto de
bastón, calabaza y sombrero con vieira protagoniza Catedral. Siglo XII. Detrás, el templo románico y un cielo azul estrellado.Un ángel arropa
la escena.
San Barandán recoge una
leyenda del santo irlandés que visitaría en el siglo VI una isla fantástica
gallega situada al noroeste de Azores. La dibuja
suspendida en el aire. Levitando como la Castroforte del Baralla de Torrente. Domina
un dolmen, seña de identidad galaica, en lo alto de un promontorio. Y a
oscuras. Lo que contrasta con el luminoso mar del plano inferior.