Luis Manuel Ferri Llopis probó como aprendiz de joyero antes de liderar Los Hispánicos y Los Superson. Cuando cumple el servicio militar, sólo y deprimido, se plantea abandonar la música. Por suerte, inició carrera de solista con el nombre artístico de “Nino Bravo”, ideado por su representante Vicente López, aunque a él le costó asumir un apodo que semejaba casi taurino.
En el 69 Te quiero, te quiero es elegida canción del Verano. Lo curioso es que antes se ofreciera la pieza a Lola Flores y a Raphael. A Nino no le gustaba que lo compararan con el linarense pero Jose Luis Armenteros, que componía para ambos, le llegó a decir: "Te lo comes”.
Bien sabe José Uribarri que estuvo dos veces a las puertas de Eurovisión. En 1970 defiende Esa será mi casa pero no pudo con Julio Iglesias. Para la siguiente edición participa en el programa Pasaporte a Dublín de Valerio Lazarov; diez semanas en la tele pero Karina es la elegida.
En 1972 acude por segunda vez al Festival de Río de Janeiro donde interpreta Mi tierra. Empata en el primer puesto con David Clayton Thomas pero hubo una injusticia. El presidente del jurado era americano y no podría haber votado a su compatriota. ¡Vaya tongo!
No era guapo y le apretaban los pantalones de campana. Acusado de antipático se defendía alegando que “quizá un tanto introvertido, retraído...” Pablo Herrero lo define como sencillo y profesional y lamenta que el idioma fuera un hándicap para abrirse mercado en Europa. El éxito de Libre en Latinoamérica fue tan arrollador que, prohibida por las dictaduras militares, se convirtió en un himno frente a la represión. ¡No, joven, esta canción no la escribió El Chaval de la Peca! Y que decir de la repercusión allende los mares de su póstuma América, América
Unos meses antes de que el coche de Carrero no llegara a destino, Nino perdía el control de su BMW en una curva de Villarubio y daba varias vueltas de campana. Lo acompañaban José Juesas y el dúo Humo que el cantante quería promocionar de modo altruista. Ellos sí pudieron contarlo. Apenas sumaba veintiocho primaveras; jamás conoció a su segunda hija. En un instante, fin a una carrera meteórica. Su legado, sesenta y una sensibles canciones. Las penas pesan en el corazón...
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