martes, 26 de marzo de 2024

Llueve en Montevideo

 

*Un paseo por la capital uruguaya.


* El País de Uruguay publicó mi versión reducida del artículo (2-IV-2024)


   Adiós Buenos Aires. ¡Cuántos recuerdos! El barco, que parte con retraso por el temporal, te lleva hasta Colonia del Sacramento. Algunos,en zona de proa, han vomitado mecidos sin dulzura sobre un Río de la Plata untado por camalotes. El bus te escupe en la Terminal de Tres cruces.


   Estamos en Uruguay, nombre guaraní que significa"río de los pájaros". Datos random. Con un nivel de vida similar al de España,para ricos si vienes de Argentina. Unos catorce millones de vacas,tocan a unas cuatro por habitante. Segundo país en consumo de whiskie tras Francia.

 

   La ciudad celebra ahora los trescientos años de su fundación. Su carnaval se prolonga 40 días. Al ritmo del candombe.Los tambores se tocan en tres tonos distintos: el chico o soprano, repique o contralto y piano o tenor. Las murgas,con más de 15 personas, hacen sátira política.

 

   El Estadio Centenario, con foso de agua tras las porterías, alberga el Museo del Fútbol. Pueden presumir. Se inauguró en el Mundial 1930 donde vencieron en la final a Argentina por 4 a 2. Dos décadas después el Maracanazo con el tanto decisivo de Alcides Ghiggia. Dos bofetones en la cara a las dos potencias que le aplastan.  El país con más copas del mundo per cápita. Ese es el espíritu charrúa.


 

   No me coincidió estar un domingo en la capital para poder disfrutar la Feria de Tristán Navaja donde tiene mucho peso la inmigración italiana. 

 

   Una réplica del David de Miguel Ángel da la bienvenida al Palacio Municipal, sede de la Intendencia. En su interior otra obra de arte, La Victoria de Samotracia, alada y sin brazos.

 


   En la Plaza Cagancha, nombre de una victoria militar, sobresale la Columna de la Paz, que una vez fue atacada por un rayo. Dicotomías.

   Las galerías, no soportales boloñeses, caracterizan la Avenida 18 de julio, arteria de 3 kilómetros que recuerda el día de la primera Constitución. Albergan humildes negocios, algunos de segunda mano. El estilista "Néstor corta a tijera, también peladitas a bebés". En el número 1199 está una de las sedes de la Librería Puro Verso que viene de cumplir 20 años.


   Treinta y tres palmeras ornamentan la ventosa Plaza de la Independencia. Un homenaje a los mismos Orientales, liderados por Lavalleja y Oribe, que participaron en la Cruzada Libertadora en 1825.

 

   Los charrúas se animan diciendo "¡Vamos arriba!". Pero para visitar el Mausoleo de José Gervasio Artigas han de bajar al subsuelo. Se inauguró en 1977 en medio de una Dictadura Militar. Una pirámide truncada permite que el sol ilumine la urna del prócer. Los del Regimiento de Blandengues hacen cambios de guardia cada hora, sin show. Nota a turistas: No les hace gracia que te sientes en las escalinatas.


   El diseño del Palacio Salvo es de Mario Palanti, el mismo artífice del Palacio Barolo en Buenos Aires.  105 metros de altura. El porteño es cinco metros más bajo, hay hermandad y pique también. Está inspirado en la Divina Comedia. Como el arquitecto era masón dejó algunos símbolos en este rascacielos art déco. Hay quien dice que en el séptimo piso se aloja un fantasma. Los primeros dueños eran los hermanos Salvo.  Se inaugura en 1928 cuando el país vivía momentos prósperos. Antes, cuando aún era la Confitería Giralda, sonó por primera vez el tango La cumparsita.

 


   Cruzada la Ciudadela, único vestigio del recinto colonial, no pises los Soles, versión charrúa del Paseo de la Fama. Están dedicados a personalidades patrias, como Benedetti, salvo a dos foràneos, Nelson Mandela y los Rolling.  Ya estás a tiro de piedra del Museo sobre los héroes del accidente aéreo de los Andes.

   Ya se desmanteló la Exposición sobre Macondo en el Teatro Solís. Se denomina así en honor al primer explorador europeo en llegar al Río de la Plata. La amargada de las taquillas no tiene un buen día. Inaugurado en 1856, el más antiguo de Sudamérica, goza de una acústica excelente.


   La Fuente de la Plaza Matriz, o de la Constitución, está ornamentada con cuatro faunos y otros tantos querubines que entrelazan sus cuerpos con delfines. Como el artista era italiano, Juan Ferrari, cometió algunos errores ortográficos. Era alquimista y masón, como Simón Bolívar. Por ello se ven símbolos como el martillo, la escuadra y el compás que representan sucesivamente la voluntad, la rectitud y la exactitud.


   La Catedral de Montevideo mira de frente al Museo Histórico Municipal. Es un templo católico en estilo neoclásico que León XIII elevó a la categoría de Metropolitana. Está dedicada a la Inmaculada Concepción y a Felipe y Santiago, patrones de la ciudad. Están enterradas personalidades uruguayas como Juan Lavalleja, líder de los 33 Orientales.

 

   Mucha gente bromea con las rejas que rodean la Plaza Zabala porque tienen forma fálica. Este espacio, caprichosamente oblicuo en un callejero en damero, homenajea al fundador de Montevideo con una estatua ecuestre. Y la calle anexa es Durango, localidad vasca donde nació este mariscal. Era Gobernador de Buenos Aires y tenía el propósito de sacar a los portugueses de Montevideo. Escogió esta península por el puerto y el cerro de 130metros.

 

   Aquí, en el Palacio Taranco, tenemos el Museo de Artes Decorativas, de acceso gratuito. Entre relojes, espejos y mobiliario presume de una reproducción en seda de La rendición de Breda y una escultura de Benlliure. Reconozco que, por gusto personal, lo que más me sedujo fue el cobijo en una tarde de lluvia casi torrencial. La gota china.  No vendría mal un sorbo de grappamiel para aclarar la voz.

 

   El Mercado del Puerto se reconoce por su estructura de hierro forjado. A su espalda se pone de puntillas la torre blanca del Edificio de la Aduana. Hay muchos restaurantes especializados en asado pero en el mío fueron mejores pescando clientes que en la calidad de sus carnes.Cuentan que es tradición beber allí el Medio y Medio, una mezcla de un vino blanco espumoso y otro seco. El escritor Enrique Rodó era uno de los clientes habituales.

 

   Muchos disfrutan caminando y tomando mate por agún tramo de los 20km de Rambla, el malecón montevideano. Por el apéndice final de Sarandí llegarás al paseo agrietado de la Escollera; las olas te pueden hacer un regalo pulverizado. Las nubes van haciendo amigas. Un frío del demonio para ser primavera. Al fondo,bajo el humilde faro rojiblanco, un pescador solitario y sin suerte con las corvinas. "Hoy no sale nada".



lunes, 25 de marzo de 2024

Reflexiones

Rubi,

Respira, relájate, rueda redondo. Reza?

Recreo. Roe regalices rojos

Relucientes ríos reptan ranuras

Relámpagos rumorosos rumbean rasantes. Retrátalos. Rápido!

Regala risas. Rumiantes ruines reniégalos. Reset!

Respeta. Ríe. Recuérdalo!



Marabillosa María Vázquez

María Vázquez, gañadora do Mestre Mateo á mellor interpretación feminina por Matria, falou en NUMAX da súa traxectoria 


  María é a protagonista pero quere que as outras 27 persoas da Sala Numax nos sintamos partícipes, cómodos e conectados.É cercana e con moita forza na mensaxe.Como a súa camiseta.


   Comeza a falar dos eneagramas, 9 tipos e 27 caracteres, que investigaron os da Terapia Gestalt. Clasifican os personaxes en tres tipos: mental, emocional ou instintivo.

   Os mentais están na cabeza, son reflexivos. "Son o que penso". Serían así Freud, Kubrick, Tim Burton. Tamén Woody Allen que sempre dubida e fala dos seus medos.

   Os emocionais son máis redondos. Son o que sinto. Cleopatra, Napoleón, Michael Jackson, Kurt Cobain, Frida Kahlo, Almodóvar, Truman Capote. Ou Meryl Streep na película Agosto.

   Os de “son o que fago” son os instintivos.  Soen ser grandes e con centro de gravidade baixo. Julio César, Maradona, Sean Pean e moitos mafiosos. Se incluimos ós animais estarían aquí o león, gorila e rinoceronte. 

   Hai tres modelos distintos de directores.  Os que construen contigo o personaxe. Álvaro Gago estivo aberto a que o papel de María fose por outros lugares. En segundo lugar pon o exemplo de O corpo aberto; “tiñamos máis tempo e foi unha cociña individual de cada perso-naxe”. E por último Los pequeños amores onde a directora tiña moi claro os seus referentes.

   "Os directores teñen que xerar un clima de traballo para que todos esteamos na mesma onda".   Nalgunhas rodaxes pasou medo e tivo que ir a chorar ó baño porque lle estaban berrando. "Non podía facer algo creativo con esa tensión". Agora busca contextos de respeto e seguridade."Os directores de Matria e Los pequeños Amores se contasen esas historias e logo non tivesen un comportamento acorde serían uns tiranos.  Se hai imposicións a xente non quere facer nin cinco minutos máis”.

   Isaki Lacuesta fai dinámicas grupais. Agóchase debaixo da mesa e vai dicindo cousas. Os de son sofren moito. Mixtura actores con outros que comezan.  A actriz confesa "odio o termo actores naturais para os que non son profesionais. nós tamén queremos selo".


   Cando prepara unha película ten que baleirarse para deixar entrar outra persoa.  "Son bastante ansiosa. Fago exercicios de concentración e ioga, medito, vou a terapia".  Se veñen etapas de menos traballo "é importante ter unha familia e unha vida persoal. E relacionarse con xente que non sexa do sector.  Ter rutinas para non entrar en barrena. Ter unha horta dame terra. Non chega o que é mellor senón o que máis resiste". 

   Non lle costa verse nunha pantalla. Pensa que por facer moitas veces unha mesma toma non ten por que gastarse. Pode mellorar. Cre que o teatro "aporta un chute como se te drogaras. Bardem nunca fixo teatro e non lle fai falta. No cine podes equivocarte". Pregúntalle que papel lle falta por interpretar. "Gustaríame facer de pija.  Igual a prexuzgaría pero tería que atopar humanidade nesas Cayetanas" engade con sorna.

   Con cada personaxe que prepara vai elaborando un caderno. Alí cabe todo; fotos, poemas, cartas mesmo da adolescencia...  Tamén confía nos amuletos.   En Matria, na que encarna a un personaxe que non lle chega a sorte, vai cun trevo que lle regalaron os fillos. E en Los pequeños amores leva un camisón da súa avoa.

   Para achegarse ó mundo máxico de O corpo aberto escoitou a banda sonora de Suspiria. Lémbrame á tensión do piano de Eyes Wide Shut. Hai unha escena onde lle crava con bravura un coitelo a un porco. Explica que os animais nas rodaxes, coñecidos como semovientes, son sempre ben tratados e contan cun veterinario. "Tivérono que drogar un pouco para que non nos mordera". Aínda que eles non escolleron traballar, só poden facelo durante catro horas.

   Para Matria ambientáronse vendo pelis de creadores como Kem Loach. E Perra de Rigoberta Bandini tiña o ton adecuado para unha escena de empoderamento feminino con Susana Sampedro nunha taberna. A súa nai foi por toda Galicia a ver as proxeccións. María sentiuse moi cómoda nas presentacións a carón de Álvaro Gago. "Se confías nunha peli tes que entrar no xogo. Podo levar os pendentes dunha amiga. A miña vida non vai cambiar se me dan un Goya ou non". "Cando volvía a casa de facer Matria os meus fillos dicían que sempre estaba anoxada. Ata seguía co mesmo acento".

   A enerxía de Los pequeños amores é cara o pequeno. Con Celia Rico traballaron moito cine xaponés. Plano estático, desde fóra,con moito simbolismo."Afectábame o clima de moitísimo calor que había en Barcelona. Quería suicidarme!" bromea a actriz. Había un can que tamén sufriu esas temperaturas.

   En Nosotros de Helena Taberna, que está baseado nunha novela de Isaac Rosa, fálase dunha ruptura amorosa.  Sabe que hai cancións que lle lembran a unha exparella."Metíame nun lío emocional. Chegaba a casa angustiada. Rematará o meu matrimonio? Creo no amor? Ademais a directora era moi intensa. A miña familia ten que vivir con este desequilibrio".

   O cine galego non é so costumista. “Hai moitas Galicias, moita diversidade. Aínda hai moita precariedade.Como é un mundo pequeno e endogámico tes medo a protestar".Quéixase dos políticos "O seu nivel é nefasto. Lles renta moito, apórtalles visibilidade e non poñen algo de cariño".

martes, 12 de marzo de 2024

NÓS

 



   A adolescencia non é sinxela. Achégome ó espello e hai máis grans que lunares. Máis pus que cabelos na barba. Pero é víspera de martes de entroido e eu non quedo no lar. Visto as mellores galas. Negro combina perfecto con vermello. Así si.  A máscara, feita pola miña irmá con agarimo, rétame coa mirada.  Perdo.  Fusiónome con ela. Empodérome. 

   Saio da casa moito máis aló da medianoite. Entro no pub de referencia. Xa non fan aquela indicación "Consumición obrigatoria e pago en efectivo".   Pido unha horchata.
- Pero rapaz, ti cres que estás no Turia, ou?
-Pois un auga. Do tempo e sen gas. En botella de vidro.

   Atrévome a falar cunha moza. Só porque a súa amiga marchou ó aseo.  A cousa flúe. Ela vai caracterizada como Helena de Troia. Dende xa son heleno de berce. Non amosa a cara pero abofé que me gustará.
- E esa cruz? Simboliza algo?
-Sufrimento.

   Pechan as luces. Grándola, a derradeira canción, apágase de vagar. Bótannos á rúa.
-Queres vir a miña casa?
-Vale, pero paseniño.

   Pasamos a carón do vello pozo. Non se ve o fondo, guindo unha pedra e nun par de segundos soa ¡Plof !




Abro a porta. Péchoa con tres xiros de pulso.
-E logo non tes mascota?
-Disque teño varias alerxias e non me viría ben. Por iso vivo ó marxe delas.

   Esta rapaza gústame de verdade! Dame vergoña tirar a máscara. Pero quero bicala xa.
Fágoo e miro pra ela. Non se asusta. Agora vai ela. Non me decepciona. Agárrolle do pescozo e perdo os nervios.

                                                         .     .     .

   Tras varias horas quedamos durmidos.  Abrazados. É a primeira vez que non lle pido a unha moza que non ate a melena. É a primeira vez que vou ó baño sen medo a que me rouben a carteira. É a primeira vez que chega a hora de almorzar e non quero que me deixe relaxarme en soidade. Grazas. É o noso segredo.


*Imaxes de Rebeca Cambeiro