Criaturas ansiosas.
Ilusión en el Teatro Principal. “Los adultos os convertiréis en niños, los niños
os quedaréis como estáis”. Empezó por trucos que lleva puliendo desde la niñez.
El “pulgar evasivo”ya hizo reír a los masái. Me engatusó cuando hizo aparecer una bola de
bolos de un bloc. ¡El efecto cometa! Sus zapatillas Nike se abrocharon solas; Marty
McFly no lo haría mejor.
Lanzó una bola de
papel al público que cayó en poder de Pepita. Pero como todos solemos ser
escépticos, ella la arrojó de nuevo al aire. Jesús prefirió dársela
intencionadamente a su amigo Ángel. Blass no sólo adivinó la carta que eligió
sino que en la hoja arrugada ya se leía “Reina de corazones”.“¿Crees en la
magia?”El espectador,rendido, respondió “¡Cada vez más!”
El ilusionista
buscó una chica bonita y encontró a Cristina, que ya venía acompañada. Como
pavo real, le demostró sus habilidades. Un papelillo empezó a levitar. Incluso
dentro de un tarro cerrado herméticamente. Un divertimento de astronautas. Ella
también era capaz. Con el arte del
origami, papiroflexia nipona, nació una flor que fue real tras entrar en
combustión.
A Olga le tocó la
china en el día de los inocentes. Cerró sus ojos mientras que el mago confa-bulaba
con el público. Una percha romboidal atravesaba el brazo que tenía apoyado en la
sien.
Blass se luciera con una presentación en
galego. Pero fue incapaz de pronunciar Xosé. Al paisano le tocó entregar su
celular. El ayudante del mago, un tiparraco que respondía por Margot, se
enfundó la camiseta de los Lakers. Aún con sisas. Intentó lanzar el móvil
dentro de una cesta que sostenía la víctima. Falló. “Sin votar no me sale”.
Tampoco atinó con un mate acrobático. Ya se ha hecho añicos. Pero Xosé no
desesperó y pudo volver a escuchar su tono country.
Eva es entrañable.
“Para hacer este número tienes que tener ocho años”. Le negó tres veces antes
de que cantase el gallo. “Tengo siete”. La sinceridad es un bien escaso. Y un
milagro con-vertir una carta en un billete de quinientos. “Esta noche si los
niños ponéis un papel bajo la almohada se transformará en un billete.A los de
familia numerosa quizá le aparezcan monedas”.
Con una servilleta
mojada y un abanico logró una copiosa nevada.La primera de esta Navidad. Alzó
los brazos con el mismo júbilo que Andy Dufresne la noche que recobró la
libertad.
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