*Conferencia en el Museo Pedagógico Gallego (28-11-2009)
para concienciar a la juventud de los riesgos de la violencia y las drogas
¿Conoce a Juan Manuel Montilla? Yo tuve el gusto el sábado. Quizá lo haya visto pasear por el plató de Buenafuente con una vitalidad comparable a la de Revilla, el patriota montañés. "Soy incorrecto pero cuando hay cámaras te pueden ver muchas personas y hay que decir algo positivo y constructivo".
Su historia brota en Carabanchel, cinturón de trabajadores, suburbio de marginalidad. Confió siempre en los mismos amigos. "Fumábamos porros en el parque y queríamos que nos saliesen lo más barato posible". Mal en los estudios.
Soñaba convertirse en futbolista o policía pero eso no iba a poder ser. Aquejado de una parálisis cerebral jamás pretende causar lástima. Adoptó el apodo Langui en honor a un minusválido de su barrio con gran espíritu de lucha. Es su ejemplo, su giro copernicano. A los trece años se centra en el hip hop y descubre la poesía. "Empecé a levantar la persiana con ilusión". Formó Amenaza Criminal con el Gitano Antón aunque hoy ríe la puerilidad de las primeras rimas.
A veces perdía la paciencia. Todos tenemos miedos, complejos. ¡Qué vitales son ahí las palabras de un referente! Escogió los cómicos para animarse. "La recompensa no es llegar a la meta. Hay gente con más talento que nosotros que no llegan. No sé cómo pero hay que estar en el momento justo".
Mientras, dos jóvenes de ropa holgada de las últimas filas del auditorio tuvieron un rifirrafe; acalorados, amenazaron con romperse la crisma; presuntamente el detonante fue una mirada tendenciosa; moraleja: No hay peor sordo
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