*Artículo publicado en El Faro de Vigo en enero de 2012
Hoy es una anciana de ochenta y seis años con los achaques propios de la edad. Chequeos médicos y soledad. Quizás pasaría desapercibida de paseo por Londres. Enviudó de su marido Dennis en 2003,quien le arropó en la sombra desde sus primeros escarceos en política allá por 1950. Apenas vio crecer a los gemelos Carol y Mark. No se iba a limitar a cocinar, limpiar e ir del brazo de su hombre. Sus tacones dejarían huella en un mundo de corbatas. De entelequia a realidad, llegaba al diez de Downing Street en 1979.Lidió con un país en bancarrota. Inyectó “medicina amarga para que el paciente siga vivo”.En el ultramarinos de papá aprendiera a economizar. Y, aunque reprendida por la opinión pública, controló la inflación. Abrió mercados y luchó frente a la planificación.
Clave para su reelección en 1983 fue la Guerra de las Malvinas. Argentina invadió ese archipiélago, que le fuera arrebatado siglo y medio antes, además de los siempre olvidados de Georgia del Sur Y Sandwich del Sur. Era una colonia poco habitada, a 20.000km y que sufría un clima polar. Thatcher meditó mucho si responder a la agresión y encontró un precedente similar, Pearl Harborl. Y cuando tuvo el apoyo logístico de su amigo Reagan dio orden de hundir el crucero General Belgrano. Allí se aniquiló a trescientos hombres. Gran Bretaña recibió solemne a sus héroes y ella se convertía en el adalid del fervor patriótico. Maradona se tomaría la justicia por su mano unos años después.
No se amilanó ante los sindicatos.Amenazó con cerrar las minas de carbón deficitarias para neutralizar la lluvia de huelgas.Scotland Yard no se andaba con rositas. En ese caldo de cultivo el IRA explotó una bomba en el hotel Brighton que pudo segar su vida
La Dama de Hierro fue una oradora obstinada. Para otros, intransigente y egocéntrica. Pero el poder la erosionó. Llegó a desconfiar tanto de la lealtad de sus colaboradores que los puso en su contra. Arrinconada, la premier de cabello enlacado, pendientes de perla y diastema se ve abocada a dimitir tras once años en el cargo, record en el siglo XX.
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