Goles de Benzema; Alexis, Xavi y Cesc
Valdés tardó quince segundos en cambiar el guión. Al cancerbero, siempre fiable con los pies, le quemó una patata caliente y se la regaló al rival. Benzema, un felino en celo, no desaprovechó el regalo. Presión en área contraria. ¡Vaya declaración de intenciones!
Di María desequilibraba una y otra vez. Puso un centro maravilloso al francés y luego casi se rompe en un mal apoyo. Un inexpugnable Puyol se multiplicó en defensa y subía en los córners buscando la gesta de Alemania. ¡Y pensar que estuvo a nada de retirarse!
El equipo de las quince victorias consecutivas pudo sentenciar. Karim vio a CR7 y este engatilló mal sin percatarse que llevaba compañía. Messi también estaba chupón. Hasta que a la media hora buscó a Alexis y este cruzó el esférico con éxito. Sigue en racha.
Al filo del descanso, la Pulga, que ya tenía cartulina por protestar,llegó tarde y derribó a Alonso.Al árbitro le pareció excesivo mandar ya a la ducha al mejor del mundo. Mou ya tenía su pretexto en la manga; su subordinado aplaudía con ironía ostensiblemente.
El segundo acto confirmó la noche aciaga de Cristiano. Sólo consiguió colar un tiro libre por el hueco del famoso bloqueo de Pepe. Acabará crispando a Xabi. La hora de los elegidos. Xavi enganchó una volea que se coló tras rebotar en Marcelo. Casillas no consiguió rectificar a tiempo. Premio a seiscientos días acariciando el cuero.
En una jugada similar a la del primer gol culé, pero con Alexis escorado,Casillas otorgó una vida extra al Madrid. Y Cristiano , sin oposición, cabeceó fuera un centro medido de Xabi. Del empate a la sentencia. Alves, libre de corsés defensivos,centró al segundo palo y Cesc se anticipó a Coentrao lanzándose valiente con la testa. El ex capitán gunner ha mutado su roll de asistente para pulir su llegada por sorpresa. Aún sin fe, el Madrid pudo maquillar con un centro chut de Benzema que no cazó Higuaín. O aquel chut de Kaka a pase del Pipita.La parada más extraña de Valdés.“Pura suerte” diría Mou.
Pep condenó al Guaje al ostracismo; diez minutos. Quiso premiar al genio de tez pálida. El manchego merecía la ovación de Ronaldinho pero el público, enrabietado, no se la concedió. Cuando el colegiado silbó tres veces Marcelo, siempre apocado ante los culés, no quiso tenderle la mano a Piqué. Guardiola iluminado rumbo al Sol Naciente, Mou con el consuelo de poder ser campeón de invierno en Sevilla. Quien no se consuela…
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