Abriendo boca

Mis experiencias en el Fórum Gastronómico 2012 celebrado en Compostela 

 





 



No arriesgué en mi primer aperitivo, pulpo y su cachelo. Difícil encontrar asiento en la bulliciosa Bodeguilla de San Lázaro. A la venta bien visible, colgado cual jamón, el calendario del Obra. Fui avaro y ahorré el refresco. Como castigo sobredosis de sal gruesa. Un manjar la textura del cefalópodo cortado en largas tiras y los tubérculos en puré.

Sin necesidad de tomar el coche hacemos parada y fonda en el mesón de San Lázaro, menos transitado y con cierto olor a tabaco. Para amenizar la espera nos sirven un arroz caldoso con pulpo; la miga de pan limpió la cerámica. Su original apuesta, berberechos con bertones. Merecido homenaje a la tierna verdura que popularizó la afamada fiesta gastronómica del barrio. Aunque la tapa es minimalista y los moluscos casi imperceptibles. El factor sorpresa lo pone la salsa alioli. Nos adjuntan un pergamino con la receta.

Ya en la Almendra supe llegar al recóndito Curro da Parra. Mesas altas, bombillas que caen a la altura de la cabeza, música jazz… La bodega reposa y se ilustra en la estantería. Ofertan carne ó caldeiro en un formato distinto, sobres de pasta. La espuma de pimentón es fuerte hasta para un amante de las especias.

La mañana del sábado visité el colorista mercado, que siempre presume de ser el segundo lugar más visitado de la ciudad. Sol de Justicia. Junto a la máquina expendedora de leche Quique Morales animaba a los viandantes a darse un trago de caldo limpio.Para su elaboración no faltaron grelos, garbanzos o chorizo ceboleiro. Toda la carne se donará a la cercana Cocina Económica. A las doce y media estaba todo el pescado vendido.

Los siempre vanguardistas jóvenes del Abastos 2.0 siguen innovando. No les irá mal pues ya han ampliado el negocio a ambos lados de la calle. Gustorama se define como una experiencia gastrosensorial de la imagen sobre el gusto y el olfato. Apenas doce minutos para nueve pocillos con sorpresa. Moraleja, una misma vianda se saboreará distinto pensando en gusanos o seres repulsivos que si nos evadimos en un campo de cereal.