Lourdes Gago
impartió una conferencia en la facultad de Psicología de Santiago; la
nutricionista confiesa seguir el método Kousmine. Esta pediatra rusa se
cimentó en cuatro reglas: alimentación sana, higiene intestinal, dieta alcalina
y suplementación vitamínica y mineral.
Actualmente comemos
a discreción dietas de carácter muy proteínico; la Dukan “es una canallada”
por ser pro-cancerígena. Lo
recomendable es ingerir más de un cincuenta por cien de hidratos, no más de un
treinta de grasas y las proteínas
rondarían entre el doce y el quince.
Entre el sesenta y
setenta por cien de nuestro organismo es agua.
Hemos de tomar en torno a un litro y medio o dos al día.Pero si los
bebemos muy seguidos pude provocar mareos. No sólo humedece la boca sino
también los pulmones y los ojos, algo vital para una buena visión. Es depurativa y es la única bebida sin
calorías. El té debe tomarse de forma
moderada porque es un excitante natural pero produce estreñimiento. “La leche
de vaca sólo es buena para el ternero”. Produce mocos.Somos el único ser vivo
que la consume después del destete. La
lactosa, el azúcar de la leche, hace daño pero también la caseína.Es mucho más sana
la leche de cereal.
Han demonizado el
pan diciendo que engorda. Es saludable comer hasta cinco raciones diarias. Privémonos
de deliciosas baguetes que, al ser precocinadas, tienen unas grasas tremendas.
“Desayuna como un
rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo”. Se recomienda hacer
cinco comidas,espaciadas cada tres horas.Después de cenar deberían pasar dos
horas antes de irnos a la cama.Debemos dormir ocho horas, aunque los niños
precisan diez. Durmiendo el cerebro, órgano formado sobre todo por grasa, se
enfría y asimila lo aprendido ese día.
El neurocirujano Ramón
y Cajal se confundió pensando que
las neuronas no se podían regenerar.
Aunque no lo hacen en la cantidad que quisiéramos el pescado azul nos
ayuda a ello.
El párkinson y
alzheimer se pueden evitar. Al jubilarse no hay que limitarse a pasar al
perro. Hay que cultivar una actividad
social e intelectual. Hacer crucigramas o aprender un idioma ayudan a prevenir
enfermedades degenerativas. El mejor ejemplo es el doctor que operó la cadera de
nuestro monarca; el mindoniense Miguel Cabanela suma más de setenta inviernos.
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