Pedro cazó un rechace tras un córner y rompió el cuero por el centro de la portería. La presión era tan pegajosa que los cachorros eran incapaces de trenzar su vistoso fútbol. Gorka sacó una mano cambiada a una rosca de Messi. Era cuestión de tiempo. Andrés vio el pasillo y cedió a Leo que debía golpear con la pierna de apoyo. No fue hándicap para el rosarino que batió por el palo corto a Iraizoz, quien acostumbra a vencerse como acto reflejo. El ambidextro Pedrito consumó el aplastamiento. Aprovechó la dejada de Xavi, hoy capitán, para ajustar desde la frontal con el interior de su zurda. El joyero se impacientaba por hacer su grabado.
Susaeta probó desde lejos para que Pinto se adornara en su cuarta final. Pudo darle algo de guindilla al encuentro una caída de Llorente en el área de Coldplay. Piqué, como Godín, le agarró de la camiseta pero la exageración del riojano pudo despistar al árbitro andaluz. Borbalán perdonó varias amarillas a Javi Martínez en un sólo lance de agarrones y puntapiés reiterados.
Con todo el pescado vendido el Barça no visitó más la lonja.Los carrileros sí buscaron línea de fondo con asiduidad pero los estiletes ya saciaran su hambre. Sólo Messi, a sabiendas de que Cristiano tiene más balas en la Euro, pecó de individualista buscando un eslalon con copyright.
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