lunes, 4 de noviembre de 2013

Ons, horas de sol

Deambulo por el malecón de Ribeira en busca de mi barco.“¿Cree que en un puerto deportivo hay tantas nasas?” me atiza un pescador. El monitor de Actividades Arousa ya pasa lista con voz ronca.La panadera hace su agosto con los domingueros.Azota un Sol de justicia pero al zarpar el Visión Dous molesta la brisa.Ciento cuarenta y seis valientes completan el aforo máximo de pasaje y se sientan a lo largo de los veintidós metros de eslora.Pronto queda Rúa a babor y luego Sálvora a estribor.Me señalan los cañones de San Vicente do Mar. Hora y cuarto de travesía pues la patrona sólo navega a diez nudos.

Ons, horas de sol (parte I) - *ACABA DE LEER EL TEXTO PINCHANDO ABAJO EN LA FOTO DEL FARO Deambulo por el malecón de Ribeira en busca de mi barco.“¿Cree que en un puerto deportivo hay tantas nasas?” me atiza un pescador. El monitor de Actividades Arousa ya pasa lista con voz ronca.La panadera hace su agosto con los domingueros.Azota un Sol de justicia pero al zarpar el Visión Dous molesta la brisa.Ciento cuarenta y seis valientes completan el aforo máximo de pasaje y se sientan a lo largo de los veintidós metros de eslora.Pronto queda Rúa a babor y luego Sálvora a estribor.Me señalan los cañones de San Vicente do Mar. Hora y cuarto de travesía pues la patrona sólo navega a diez nudos. Apenas residen diez personas pero a mitad de siglo llegaron a ser medio millar.La ausencia de doctor permanente y las visitas muy ocasionales del cura de Beluso,ahora sólo por la fiesta de San Xaquín, hizo que arraigasen supersticiones y leyendas paganas hasta nuestros días.El aislamiento se refuerza en los meses fríos cuando apenas llega un barco de pasajeros por el día de difuntos.Los generadores aportan diez horas de luz eléctrica pero en los crudos inviernos de antaño los parajes lúgubres suscitarían temores.Más de uno creyó ver a la Compaña merendando en la Espaduada o vagando por el camposanto. Los enfermos sanaban con remedios tradicionales a partir de hierbas medicinales o con ensalmos de curanderos.Y las parteras creían en la piel de culebra para acelerar el parto. - Fotolog


 Apenas residen diez personas pero a mitad de siglo llegaron a ser medio millar.La ausencia de doctor permanente y las visitas muy ocasionales del cura de Beluso,ahora sólo por la fiesta de San Xaquín, hizo que arraigasen supersticiones y leyendas paganas hasta nuestros días.El aislamiento se refuerza en los meses fríos cuando apenas llega un barco de pasajeros por el día de difuntos.Los generadores aportan diez horas de luz eléctrica pero en los crudos inviernos de antaño los parajes lúgubres suscitarían temores.Más de uno creyó ver a la Compaña merendando en la Espaduada o vagando por el camposanto. Los enfermos sanaban con remedios tradicionales a partir de hierbas medicinales o con ensalmos de curanderos.Y las parteras creían en la piel de culebra para acelerar el parto.

Se suceden las calas que miran a la Ría por la costa este.En el extremo sur una panorámica de Onza y las Cíes desde el mirador de Fedorentos. Bordeo Buraco do Inferno sin llegar a divisar el fondo; ¿buen augurio? Una que aprecia poco su vida se saltó la barandilla para matar su curiosidad.Abruma el litoral este,cincelado por los embates del océano,por sus acantilados, grutas y precipicios. A regañadientes me dejan refrescarme en la fuente del faro pero la mujer, harta del flujo de turistas,se lava las manos por si bebo;“es agua de lluvia recogida de un aljibe ”.Blancos veleros curiosean a nudistas y textiles en el abrigado arenal de Melide. Tras la alambrada brotan arbustos, que resisten la sal y el viento. Inmerso en el agua, vítrea y verdosa, diviso caracolas y estrellas. Una bota amarilla de marinero es el único residuo que me topo. Sé lo que hicisteis el último verano.

Vuelvo al muelle. Silenciosa queda la playa de Dornas, homenaje a la embarcación tradicional de quilla profunda apta para aguas abiertas. Despido a los gaiteros que sujetan con convicción la pancarta que reza “No a la privatización de la zona de acampada”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario