jueves, 3 de octubre de 2013

La liga de otro

Real Madrid 2-2 Espanyol 16-12-2012
*Transcurría la jornada 16 y el Madrid ya perdía 13 puntos con el Barça

Había que lavar la imagen tras la lastimosa derrota de Vigo. En los prometedores primeros minutos embotelló a un timorato Español. Pepe cabeceó manso sólo en el punto de penalty. Y tras el susto del resucitado Simao, Modric sacó brillo al poste.

El excitado Wakaso ya había gastado su comodín, acumula diez cromos amarillos, y Aguirre lo sacrificó por el bien común a la media hora. Entró en escena Alfonso, joven talentoso que dejara una delicatessen en el Pizjuán. Acto seguido, Verdú percibió el desmarque de Sergio García; el llanero solitario cabalgó con potencia entre los centrales vikingos y efectuó un disparo sesgado y certero. Casillas fue un espantapájaros. Lo celebró lanzándose de rodillas, olvidándose que así se lesionó en su etapa verdiblanca. ¡Cuanto se añoró al ariete de la coleta durante su desproporcionada e injusta sanción!


Los hoplitas catalanes repelían un ataque de catapultas. Pero, justo antes de la tregua, Khedira colgó el cuero y Cristiano se anticipó a Javi López que prefirió conservar su testa. El histórico orgullo evitó la pañolada. Sobre un césped mojado Ronaldo vio la incorporación de Coentrao que anotó de nuevo a la espalda del tierno lateral diestro.
Sin conformarse con la renta acosó torrencialmente a Casilla; fue gallardo en una llegada de Di María y luego le arañó un disparo al ángulo. En una típica contra del Madrid tras corner en contra Ronaldo pateó incomprensiblemente al aire. El arquero, otro producto modelado en Valdebebas, abotonó su sotana para desbaratar una acción de Özil.

Se nivelaron las fuerzas. Reparto de golpes en el cuadrilátero. Morata pudo anotar de cabeza y luego Capdevila, experto en estos cócteles, casi caza una estrategia. Cris quiso emular el gol de Falcao pero el recogepelotas no estuvo tan vivo como el del Manzanares. El Español,a la desesperada,acumuló efectivos en área ajena para rematar un córner; Los blancos, que aún no desmontaron la tómbola de Valladolid, permitieron una carambola de focas ante su lecho. Moreno saltó más que nadie y Albín recuperó un punto para el penúltimo clasificado. Se esperaba que los locales, un escorpión herido de muerte, lanzasen su aguijón vengativo antes de claudicar. Ya no había veneno.

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