Tributo a Luis Tosar tras los Premios Goya 2010
*Publicado en El Correo Gallego y en la sección de Santiago de La Voz de Galicia.
Ya se ha acostumbrado a pasear por la alfombra verde y abrazar la cabeza de Goya. En un discurso emotivo y patriótico, se salió del protocolo pidiendo permiso para hablar en gallego y sorprendió a la realización proclamando su amor con mordacidad. No se olvidó de su estirpe y de los que lo celebraban a su salud en El Matadero y El Atlántico.
Aunque Bardem se declaró amigo de todos los nominados, ya era un guiño que entregase el premio a la mejor interpretación masculina.Desde aquellos Lunes al sol, recostados en la ría de Vigo, forjaron amistad y ya se dejaron ver tapeando en el Prada a Tope.
Este picheleiro de adopción es un figurante, permítaseme la licencia, que no debe faltar en el espectro de la ciudad, como Jazzman, Zapatones o el canoso del “poder militar”. Alejado de los aires de divo, tranquilo, humilde y campechano.En el Rincón de Gurpegui, de paseo dominical por Área Central entre arrumacos de los apasionados, o leyendo en el aeropuerto.Y cuando no lo vemos nos reconforta saber que está de gira con Di Elas,en una premier en Venecia o inmerso en otro nuevo proyecto del celuloide.
Recuerdo verlo concentrado en una habitación del Preguntoiro para el personaje que le ideó Alfonso Zarauza en La noche que dejó de Llover, filme que se ha convertido en inseparable de nuestra ciudad. Luego Splin, dandy en una ciudad mágica, paseaba bajo su paraguas por Casas Reales, epicentro del Wall Street galaico como diría el alcalde.
Se le cae la baba a todo un Antón Reixa. Tras el baño de éxito en Mareas Vivas no dudó en hacerle llegar el mechero de Hotel Tívoli. Luis Zahera era un genio de la improvisación y Tosar más metódico, sin salirse del guión; es sabido que en una grabación recibió una ovación espontánea del equipo técnico y artístico; fue por su único error.
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