Era un encuentro de seis puntos. El Celta comenzó enchufado. Una espectacular subida del carrilero Lago murió con un centro defectuoso. Su cruz. En el otro costado Jonny asumió la responsabilidad de substituir a Mayo tras su triste percance del miércoles. Aspas tuvo un remate de cabeza, tras un gran escorzo, pero Casilla reaccionó a tiempo.
Cambiaron las tornas. Cabeceó García un centro de Javi López. Stuani, que se sacrificó en banda aún más de lo que le pidiera el Vasco, hizo una dejada deliciosa que desper-dició Verdú pues acomodó mal el cuerpo. El capitán lo bordó toda la velada,como acostumbra, a la hora e proteger el cuero. El inteligente Dehli iniciaba una dañina contra y Javi López no sólo no lo derribó sino que robó la pelota con el Celta desguarnecido; el lateral, que cotiza al alza, abrió a la derecha, Stuani puso un tenso pase de la muerte y Sergio empujó a gol;su desmarque de escuela con amago al primer palo mareó a Cabral.
Como en Concha Espina los gallegos cargaron las pilas en el descanso. El ratoncillo de Moaña ya había forzado los cartones de Forlín, Javi López y Víctor Sánchez. Y bien pudo merecerlo Baena.Esta vez no se topó con su antagonista Colotto.Las ocasiones venían a balón parado:Cabezazos de Demidov, su especialidad, y Stuani, así como una falta con rosca del ubicuo Aspas. Pero el Celta se desdibujó y Herrera se cargó a todos sus mediapuntas. Tampoco Álex anda fino.Los locales casi clonan su diana,sólo alterando el asistente por Verdú. En ese córner emergió Forlín, reencarnación de su paisano Ayala. Sergio ya vivía de palomero pisando la medular para poner la puntilla a la contra.Víctor Sánchez nunca ha sido suficientemente valorado por la crítica. Un par de arrancadas con tino hasta área contraria en el añadido amplificaron su valía. Reapareció Longo para aguantar la bola con su corpulencia pero forzó la última falta del duelo; totalmente prescindible. Cornellá besó el crucifijo pero en balones colgados manda Casilla.
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