Mon Barreiro, coordinador de la base del Santiago Futsal, se acercó al Centro Cultural de Vite para divulgar de un modo didáctico su trabajo con los más jóvenes. Entre los oyentes muchos niños y hasta tres taiwaneses. En seguida le avisaron de que la grúa estaba multando a los vehículos que no contasen con el distintivo de residente del barrio. Pero, como reman todos en la misma dirección, otro miembro del club le evitó la multa.
El entrenador cita los trepidantes últimos sesenta y ocho segundos contra el Ríos Renovables en Copa como paradigma del carácter ambicioso y competitivo. “Me siento muy identificado con el equipo.Cuando no comulgue con lo que siento lo dejo” confesó.
Insistió en que el principal objetivo con las categorías inferiores no son los resultados inmediatos sino el disfrute, afán de superación y crecer como personas.“El partido es un entrenamiento más”. En cuanto a la metodología de los adiestramientos Mon recalca la necesidad de trabajar con grupos pequeños; “para colas las del Inem”. En el área de tecnificación, equipos de juveniles y filial,“ya se requiere mayor exigencia y compromiso”.
Mon actuó de padrino de David Pazos.“Cumple con todos los valores”, por ejemplo puso la humildad. Lo pescó del Calo con apenas doce años.“Allí primaba más el resultado” admite el chaval. Debutó hace año y medio en la cancha del Santa Coloma y no cree que su techo haya llegado aún. En alusión a los divergentes grados de evolución de los jóvenes afirma con rotundidad que“en cadetes nadie puede saber el tope de un jugador”. Al llegar al Alto Rendimiento admite que es difícil compaginar el deporte con sus estudios de INEF. Tampoco es una situación fácil desconectar cuando hay pagos pendientes.
Cuando ya había perdido la timidez se sometió a la curiosidad de los presentes.Le preguntan si el fútbol 11 es menos táctico que el de salón y admite que los rondos del Barça son una excepción;“juegan como si hubiera cuatro campos de fútbol sala”. Con suma sinceridad admite de que ha sufrido piques con los compañeros en los entrenos.Reconoce que el factor Sar es decisivo porque “la afición es un aliciente”. Sobre las destrezas que ha de tener un portero-jugador destaca“decidir bien, saber donde atacar la defensa, tener calidad de pase…” Y Mon lo interrumpe para poner la guinda “y estar en tensión”.
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