CRÓNICA DE LAS SEMIS DE CHAMPIONS 2013 (24 abril)
Borussia 4-1 Madrid (póker de Lewandowski vs Cristiano)
Es pisar suelo germano y las piernas merengues se ponen a temblar. Sólo se encontró El Dorado en una de veinticinco batallas. En la liguilla los blancos ni tosieron a los amarillos en Chamartín. Ambos han tirado sus ligas.Pese a todo el Madrid partía como favorito.El Dortmund salió avasallador. Diego se estiró para repeler un remate de Reus, que realizara una rutilante diagonal.Götze se ha fijado en una novia más guapa. Pero lanzó sus penúltimos besos. Colgó una bola a pierna cambiada que Lewandowski cazó en área pequeña tras ganarle la espalda a Pepe.
Rosell se ha fijado en Hummels. El central pifió una cesión a su portero; Higuaín agradeció el presente y regaló el tanto a Ronaldo.Cauto en la celebración. Ningún sainete.El nocente se atusó los tirabuzones, expió su pecado y se agigantó en un segundo acto brillante en anticipación.
Un disparo flojo que enganchó Reus en la frontal se convirtió en letal asistencia para Lewandowski. Su control en ruleta desbarató la oposición de Varane. Finalizó con el exterior al palo corto de Diego que ya clamaba por un fuera de juego inexistente. Rugió Iduna Park.
El tercero volvió a tener el mismo protagonista. Schmelzer se animó a pegar ¿Por qué no?Ya goleó a los blancos en octubre. El cuero cayó al ariete polaco que maniobró y fusiló a la escuadra. Todo lo que vuela a la cazuela. Sonrisa de Joker y puños de victoria del míster de moda.
Alonso cometió un penal ingenuo sobre Reus, que ya fingiera una caída ante Varane. Quizá el talentoso rubio,con estética de ídolo del pop,recepcionara con la mano.El nueve cargó su arcaduz y arrancó la cuarta hoja de su trébol. Fuerte al medio como le encantaba a Hierro. Estuvo tan acaparador que se ganó una cartulina por bloqueo.Kuipers no concedería el gol de Rooben.
El desborde de Blaszczykowski y el timón de Gundogan no pudieron escoger mejor escaparate. Modric se ancló demasiado entre centrales y Özil pecó en conducciones improductivas.
Ya pintaban bastos pero se buscó el gol de la esperanza. En el último arreón casi marca Cristiano tras una asistencia de Khedira. Varane casi caza un córner botado por Kaká, el hombre de refresco al que se encomienda un club con nueve orejonas. Alimentaría el espíritu de Juanito. Que se lo digan a Morientes quien, vestido de monegasco, lograba un tanto aparentemente estéril pero que acabaría apeando al Madrid. El hijo pródigo no escuchó a su corazón.
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