Crónica del Clásico en la ida de las semis de copa 2013 (Madrid 1-1 Barça 30-1-2013)
Un clásico no necesita los incendios de Mou.Así, un tipo honesto como Puyol desechó un mechero llovido desde la grada.Puro fútbol.Espectáculo, emoción e incertidumbre.Si Si Alves se revolcaba por el suelo es porque Arbeloa y Cristiano le habían cazado.No valen excusas ni moviola arbitral. Clos domó con personalidad un duelo de filosofías antagónicas que murió con los contendientes fumando la pipa de la paz.
El Madrid debía parchear su retaguardia y portería.Marcelo aún debe conformarse con los chistes del banquillo.Las alabanzas a Adán de poco sirvieron.Diego López tiene más aplomo y pedigrí. Curtido en partidos superlativos tuvo el debut soñado. Minimizó una cesión caótica de Carvalho con una salida en la que priorizó no dejar al equipo en inferioridad como el día de la Real. Leo y Jordi Alba sufrieron sus acciones más meritorias.
Los blancos no salieron a especular. Cristiano forzó la cartulina de Piqué en el minuto uno pero el catalán se vengaría rebañándole un gol cantado.El de Madeira añoró sus clásicos obuses; vio la suerte pasar de largo. Benzemá no pegó entre palos. Todo se cocinaba con las subidas hasta línea de fondo de Essien. Pinto, siempre en la picota, respondió con acrobacias de saltimbanqui. “El Madrid vive de nuestras pérdidas” se lamentaba Xavi, que envió una falta al sostén de la portería.
n triquiñuelas.Si Alves se revolcaba por el suelo es porque Arbeloa y Cristiano le habían cazado.No valen excusas ni moviola arbitral. Clos domó con personalidad un duelo de filosofías antagónicas que murió con los contendientes fumando la pipa de la paz.
En la reanudación Iniesta tuvo unos flashes sublimes. “Aún puedo jugar mejor”.Messi robó un cuero a Callejón e hizo de oro a Fábregas. El Barça pudo triangular más,aunque tan cerca de su nido que su portero hubo de pincharla más de una vez. Alonso, espartano sin esmoquin, abanderaba la presión pero su equipo se quebraba. Cesc tuvo el doblete y Pedro corrió media cancha perseguido por el otro diecisiete pero su vaselina fue estéril.
Varane, lozano francés que llegó bajo el mecenazgo de Zizou, puso la guinda a su partidazo con un testarazo portentoso. Amén de salvar un tanto sobre la cal salió siempre al cruce laxo, ligero y cristalino. Este niño ya está curtido. El Bernabéu pidió el arreón final y los merengues respondieron embotellando a los canijos con saques de esquina.
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