lunes, 9 de febrero de 2015

Narradores y héroes



Taller de literatura impartido por Espido Freire
en la Galería A. de fuga (Compostela, octubre 2012)

 
   Espido Freire analizó los distintos tipos de narradores.  En American Beauty es omnipotente. En las pelis de Hitchcock sabes la historia pero el personaje no y sufres por él; produce  impotencia. En “La señorita Cora”,cuento de Cortázar,un niño va a operarse de apendicitis; se entremezcla el pensamiento del niño y el de la doctora. Un claro ejemplo de narrador mentiroso o infidente es el inicio de El Quijote .

   Hay un narrador bautizado como “coñazo”que nos lleva de la mano y no permite juzgar a los personajes.    Así se comporta el de Los monstruos de Templeton de Lauren Groff.

   El narrador en primera persona,muy útil para autobiografías o confesiones,es profundamente empático y manipulador.  Y en primera persona del plural es curioso pues nosotros incluye y excluye a la vez. Es el caso de Las vírgenes suicidas o Queremos tanto a Glenda de Cortázar.    

   El narrador en segunda persona del singular, muy usado en publicidad, es para ajustes de cuentas,elegías y homenajes. Un “yo”se dirije a un “tu”.Es el caso de La Metamorfosis, metáfora del nazismo, o de una carta de Kafka a su padre que no era para ser publicada. También De profundis de Wilde, que es una venganza con su amante que lo ha llevado a la cárcel. 

 

   La escritora vasca, que siente predilección por Sándor Márai, también elucubró sobre la evolución de los héroes.Primero fueron de fuerza o de acción. Un referente para la sociedad, que lo ama. Por ejemplo, Hércules, Aquiles, Conan, Superman… Los hay que buscan un objeto perdido como el grial o el vellocino de oro. Gargantúa y Pantagruel es una parodia de héroe de fuerza. Hugo Chávez actuaba como tal y nunca se dejaba ver con dama, al revés que Obama.

   Los héroes suelen fracasar en una prueba iniciática; han de bajar a los infiernos en busca de sabiduría. Luego se da la purificación con la apoteosis en vida o en su entierro. Suelen morir jóvenes pero cuando su pueblo les necesita vendrán a salvarlo.

   El héroe no tiene moral; puede robar, matar… Sólo tiene dos prohibiciones: no se enfrenta nunca a sus amigos, como Woody de Toy Story, y no puede volverse nunca contra huérfanas y viudas.  Si no supera la tentación y falla a uno de estos preceptos se convierte en villano. Estos se diferencian de los monstruos en que tienen alguna tara; pueden tener deformaciones, tener parche, faltarle una oreja… Para redimirse suelen inmolarse.

   El patriarca es un héroe envejecido que suele ceder lo conseguido a un nuevo héroe: su reino, la mano de la princesa…  Y es que las chicas en las historias de héroes solo suelen ser un premio o recompensa para el héroe; muchas veces ni siquiera tiene derecho a nombre. Mientras, los protagonistas masculinos de las pelis de Disney tienen un cometido, salvar la Tierra.

   El héroe siempre está rodeado de símbolos fálicos: Espada, lanza, una moto… Si es de clase baja sólo una flecha.  Un caballo enorme mientras su escudero se conformará con un burro. El mentor llevará un símbolo fálico sin punta, por ejemplo una varita.

   Cuando la sociedad demandó otro tipo de héroe apareció el de astucia o inteligencia. Pero esto ya ocurre en el VI ó V antes de Cristo. Este héroe vence al antiguo pues ha de ser diplomático y convencer. De este modo, con una treta, gana Ulises la Guerra de Troya. Los deportistas se equipararon a los héroes de fuerza y los políticos a los de astucia.

   Cuando sólo hay un héroe se habla de leyenda. Cuando se trata de una familia es una saga. Y cuando conviven varios héroes ya sería un ciclo. Un ejemplo reciente es El señor de los anillos.

   En el siglo XI o XII surge el héroe romántico. Son los cantantes, poetas músicos. Se lo inventan los juglares. Su objeto perdido pasa a ser la dama. Son más cariñosos. Suelen tener un instrumento musical o la pluma. Siempre ganan al héroe de fuerza aunque mueran. No han tenido vida desgraciada pero se suelen sacrificar por amor. Los dos ejemplos paradigmáticos son franceses, Tristán y Lancelot. Hoy en día son los cantantes y actores.

 
   Julio Iglesias es un héroe de fuerza que fracasa en el fútbol;  se convierte en un héroe romántico a través de la música. Se casa con una princesa exótica y luego va de cama en cama herido de amor. Se opera con escaso éxito. Encuentra una princesa nórdica y pasa a ser un patriarca. Cuando aparece Enrique su padre se niega a darle la alternativa.    Y luego están las revistas del corazón para vendernos estos ciclos de héroes románticos.

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