miércoles, 4 de febrero de 2015

El oráculo de Espido


Curso de literatura impartido por la escritora Espido Freire,
Premio Planeta 1999, en la Galería A. dfuga (Santiago, Octubre 2012)


   Ella nació donde quiso. Sus padres en Galicia. Tras quince años de trayectoria llevaba ya veintitrés libros en solitario. “La flor del Norte tardé once años en elaborarla”. Pero no quiere ser la típica artista en su torre de marfil. Así, en su versión pedagoga, impartió clase en seis de las diez mejores universidades del mundo.

   “Solemos escribir sobre obsesiones”. El arte sirve para superar nuestros miedos. Lo primero que solemos escribir suelen ser  diarios a los quince años sobre nuestros desengaños amorosos. Pero eso no es literatura pues debe trascender.

   Los grandes temas de la literatura son amor, violencia y muerte, también sus ramificaciones en desamor, reconciliación y resurrección.  El let motiv de todos los temas es el viaje, que puede ser de la vida a la muerte, del conocimiento al aprendizaje… Las distopías son visiones apocalípticas como Un Mundo Feliz, 1984, The Road… Y eso que la literatura suele ir con retraso con respecto  a la realidad.

   ¿Quién aburre? Los escritos egocéntricos, los que abruman con detalles sin importancia, los que carecen de fantasía…

   Las virtudes de un buen escritor son capacidad de observación, constancia y empatía. La literatura es una construcción.“Una novela es un elefante; hay que abordarla a mordiscos”.Un autor bueno debe detenerse y pensar.“Creo muy poco en la inspiración”.A los periodistas los han acostumbrado a escribir de un modo directo. Grafomanía es lanzarse a escribir por impulso.

   “Cuando escribimos no tenemos que ser verídicos pero sí verosímiles” Es un pacto con el lector. El tremendismo de Cela suele ser más dramático que la realidad habitual. Describir una escena erótica es difícil. Podemos caer en la ñoñería, en lo cursi. Evitemos topicazos como “oleadas de placer, caderas cimbreantes, piel de mármol, dientes de marfil”o imaginar la escena con una luz azul.

   Estamos en una época neoromántica o neobarroca. Perdidos es como Robinson Crusoe. House es Sherlock Holmes; con adicciones, toca instrumento, asocial, problemas con las mujeres…

   El mal suele ser castigado para que los niños aprendan. Los que dañan no suelen acabar sin culpa. “Salí trastornada de pelis con finales injustos como Invasor, El silencio de los corderos o Sospechosos Habituales”.

   Cervantes llegó a decir: “No hay libro tan malo del que no se aprenda nada”. Hay que jugar con el lector, seducirlo. Si la novela es previsible ha de apoyarse en otros recursos. En la atmósfera se percibe el toque del autor.  La Colmena, novela sobre la pobreza, lo cutre y la depresión,  está ambientada por Cela con personajes. Poe busca atmósferas opresivas. Stephen King no es un gran escritor pero sí sabe captar el ambiente; el miedo puede estar en cualquier parte. Pérez Reverte mantiene la misma atmósfera en todas sus novelas.

   En cuanto a la simbología,hay elementos objetivos asumidos por todos. El rojo es pasión, sangre, muerte o peligro.El verde es esperanza y ecología salvo en Lorca que transmitía desesperación amorosa.  Una cruz es muerte o resurrección. Pero si está invertida es el Anticristo. Óscar Wilde, que escribió cuentos muy dramáticos, emplea los pájaros como símbolo funesto.

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