Liba BBVA. Goles de Charles y Larrivey
Triste y sola llora
la torre de Hércules. Así la pintó Picasso con doce años. Ondiñas veñen e van. El
Dépor tendrá que seguir remando para llegar a la orilla. Las sensaciones no
preocupan.
Empezó mandando el
cuadro coruñés. Cabaleiro pegó unas carreras por banda izquierda y finalizó
raso una estrategia de córner. Oriol Riera pegó cruzado tras salir de finta a
pierna buena. Lucas Pérez, muy individualista, acababa a romper cada vez que
un balón caía a su zurda.
Pero pronto comenzaron
a mandar Krohn Dehli y Augusto. Dos extremos venidos a medios. Despliegue y visión del danés y
confianza del argentino que,por momentos, jugaba a fútbol sala. Bergantiños
abrió su libro táctico pero no escuchaban José Rodríguez ni el cerebro tico.
El segundo plato
vino más apetecible. Nolito quebró a Juanfran, donó el cuero a Orellana que
picó sobre Fabri y, en boca de gol, remachó Charles. Un nueve tiene que acabar
sus viajes en el segundo palo. Luego
intentó robarle la cartera al meta canario, un fantástico líbero, quien exageró el contacto. Lo de
Buyo y Futre. Aunque la única tángana de
un derby sano fue tras una fea entrada de Lucas.
Al minuto setenta
Riera gozó de la ocasión más clara. A un palmo, rompió el travesaño. Después
casi le arranca un brazo a Sergio tras escapársele el control. Por entonces ya
estaba la familia de luto por expulsión de Lopo. Entrada innecesaria del
veterano central en media cancha que ya venía lastrado por una llave de yudo en
el minuto cinco. Pero los futbolistas
son narcisistas. El más enojado era Orellana, que dejaba el ring. El añejo espíritu
de los rusos.
Larrivey, héroe de
la ida y del Camp Nou, puso la puntilla. Peleó un saque de banda intrascendente
y forzó la desgracia de Luisinho. Su botín terminó en la nasa. Luego, en el subidón de adrenalina, arrolló de
forma fortuita a Víctor Fernández. No fue lo que más le dolió al maño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario