Paraninfo de la Facultad de Historia de la USC (Jueves, 19-2- 2015)
Se bajó el telón
por este curso de las ponencias de la Fundación Barrié. Javier López soltó una
primicia,la intención de incluir la facultad de Bellas Artes de Pontevedra como
nueva sede. Valeriano Bozal fue reclutado por tercera vez. El catedrático de
la Complutense se ciñó escrupulosamente a su tiempo. Se abrió el coloquio en
el abarrotado Paraninfo y nadie se atrevió a alzar la mano. Quedé con ganas de
suplicar ”¿Puede extenderse cinco minutos más?”. Fui cobarde.
Llegó con el
cometido de hablar de lo contrario de la belleza, los monstruos. Esta temática
aparece en las artes visuales desde la antigüedad. Encontramos cabras con dos
cabezas, ángeles rebeldes que caen al infierno y transformas en garras sus alas…
En el siglo de oro
también hay monstruos como la mujer barbuda.
Aparecen en la literatura religiosa, en concreto en los sermonarios. En el siglo V el poeta Aurelio Prudencio
escribiera la Psychomachia que narra la lucha entre
vicios y virtudes.Los pecados capitales son monstruosos. Así, la ira es un
monstruo de boca espumeante;la molicie es una borracha de lánguida voz; la
discordia es bestia nefasta. Son monstruos
que aterran a un pueblo de mayoría analfabeta.
Desde John Milton y
especialmente en el XVIII se produce un cambio sustancioso en la teoría del
arte. Se hace énfasis en lo pintoresco, que podría ser un arroyo, unos jardines…
Pero también se hace hincapié en lo sublime; se trata de algo desmedido y
majestuoso pero siempre en relación a un sujeto. Siempre ha de causar
admiración y respeto. Ejemplos adecuados serían un pico montañoso, tormenta,
desierto, un descomunal oleaje…
A mediados del XVIII
Edmund Burke hace una indagación. Cree que lo sublime ha de provocar terror. Algo
que ponga en riesgo nuestra existencia. La noche y el silencio que tanto
aparecen en Burke serán constantes en Goya. Amigos del maño, a los que retrató con esos
libros, tradujeron al español la obra del británico y acercaron sus tesis al
pintor de cámara de Carlos IV.
El escocés Hugh
Blair escribió Lecciones sobre la retórica y las bellas artes, que también fue traducido enseguida.
Introduce un elemento nuevo, lo sublime moral. Estamos ante un héroe que
arriesga su vida, en una batalla o salvamento, sin esperar ningún beneficio. Es
el héroe que se venerará en el romanticismo y en Las Pintura Negras de Francisco de Goya y Lucientes. (Abajo, divisamos su desgarrador Naufragio )
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