sábado, 26 de octubre de 2013

Santiago gana

Carrera Pedestre 2012

Santiago gana (parte II) - En la cumbre de Vite, a trecientos metros de altitud, ya es una partida de ajedrez entre Lolo y Alejandro Fernández. Los vítores ya son rítmicos. El vigente campeón, Hassan Lekhili, perdía hojas de su corona de laurel a la estela de Jeralavicius, que viene de una lesión de pubis. Para carismáticos los dos guasones que corren con manta y almohadas adosadas a la espalda. También revoloteaba la Abeja Malla. La vida es un carnaval. En la pizarra del Obradoiro se escribe primero el nombre de un arzuano con rotulador. Una pedestre que nació antes que la actual Constitución no veía triunfar a un paisano desde la gloria de Adán en el cambio de milenio; pagábamos el pan con pesetas. Pero el pueblo, como el galardón de Teófilo Comunicación, valora cada muestra de superación. Reparten papelinas de un restaurante entre almas en pena que sólo ansían pasar por la ducha. Algunos revisan el chasis en las tumbonas de los fisios.Los chips siguen silbando a cuentagotas.A los noventa minutos llegan entre risas Marcos Pereiro y Federico Pérez; los bufones creían que se trataba de un partido de fútbol. Cada aventurero tiene su historia. Todos satisfechos de probar sus límites un domingo de otoño de veinticinco horas. - Fotolog

 El más machote se soplaba las manos en el calentamiento. Una mañana más apta para hacer cola en la locomotora de las castañas.Pero el sol también quiso competir.Se ha denegado la partida africana,por su ventaja genética,y se fomenta que los cabecillas partan de posición cabecera. Ningún atleta con pedigrí ha de quedar cortado por tráfico lento.

Pilar Barrera efectúa el disparo más ilusionante. La sirena de la policía y seis motos alertan del paso de los maratonianos. Por Juan XXIII el público está algo frío. Más pendientes de pasear al perro.Pedro Nimo, convaleciente todavía de su lesión, se mostró crítico con esa actitud pasiva;“yo aunque no corro disfruto como un enano”. A la espalda de la estampida coloridas camisetas de otras populares se abrazan a árboles o farolas.

En la cumbre de Vite, a trecientos metros de altitud, ya es una partida de ajedrez entre Lolo y Alejandro Fernández. Los vítores ya son rítmicos. El vigente campeón, Hassan Lekhili, perdía hojas de su corona de laurel a la estela de Jeralavicius, que viene de una lesión de pubis. Para carismáticos los dos guasones que corren con manta y almohadas adosadas a la espalda. También revoloteaba la Abeja Malla. La vida es un carnaval.




 En la pizarra del Obradoiro se escribe primero el nombre de un arzuano con rotulador. Una pedestre que nació antes que la actual Constitución no veía triunfar a un paisano desde la gloria de Adán en el cambio de milenio; pagábamos el pan con pesetas. Pero el pueblo, como el galardón de Teófilo Comunicación, valora cada muestra de superación.

Reparten papelinas de un restaurante entre almas en pena que sólo ansían pasar por la ducha. Algunos revisan el chasis en las tumbonas de los fisios.Los chips siguen silbando a cuentagotas.A los noventa minutos llegan entre risas Marcos Pereiro y Federico Pérez; los bufones creían que se trataba de un partido de fútbol. Cada aventurero tiene su historia. Todos satisfechos de probar sus límites un domingo de otoño de veinticinco horas.

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