viernes, 25 de octubre de 2013

Misa y Verbena

Barça 3-2 Real Madrid
Ida Supercopa 2012 (23-8-2012)


 El Barça tocaba a modo péndulo, abusando de posesión pero con poca profundidad. Leo marró las dos ocasiones más claras.Agazapado el Real y sin chispa para las contras. Albiol suplió a Pepe de forma correcta aunque Clos le perdonó dos amarillas ya en la primera mitad. El bravo Coentrao, mucho más del gusto de Mou que las florituras de Marcelo, se afianza por su combatividad; dejó el partido de Alexis en dos piscinazos. Busquets, experto en eclipsar el cuero, fue el blanco favorito de las coces merengues.

Se buscaba a Özil para conducir los exiguos ataques pero sus controles y últimos pases fueron siempre defectuosos. Sólo en una estrategia desde la arista encontró la testa de Ronaldo. El puntero verde encontró al villano que, pese a pasarse la noche protestando sus propias infracciones, puede presumir de mojar por cuarta vez consecutiva en feudo hostil.

La venganza se sirvió hirviendo. Mascherano lanzó un pase al espacio, tan preciso como en Bucarest, Pedro lo acomodó y batió a Íker en tiro cruzado. Ya se encargaría Mou, narcotizado por el botín obtenido, de recordar la posición antirreglamentaria del canario.

Iniesta había dejado filigranas para quitarse el sombrero.Faltaba la acción determinante. Con un recorte burló a Ramos quien le embistió como un morlaco. Messi, deseando desquitarse de la espina del Chelsea y de los cuatro clásicos sin marcar, pegó de empeine a su derecha. Catorce chicharros a los blancos, suficientes para nivelar la marca que ostentaba el mítico César desde los años cincuenta.
 La otra genialidad del manchego fue un caracoleo a Albiol que dejó desguarnecida su retaguardia, para la llegada de Xavi. El egarense, harto de chutar al anfiteatro, orientó con el interior al palo izquierdo de Íker.


La Pulga pudo finiquitar pero Casillas aún no había subido a los altares. Acto seguido, el balón rodó hacia el área contraria. Adriano cedió un balón al arquero que mejor se defiende con los pies. Si el año pasado un gazapo suyo propició un gol de Benzema, hoy premió el tesón de Di María. Mismo tanteo que la noche bronca en la que los culés alzaron la décima supercopa.¿De donde vendrán los pretextos para eximirse de la derrota?

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