*Presentación de INFELICES de Javi Peña
en Cronopios Santiago (9-X-2019)
Conduce el espectáculo Luís Pardo
Conduce el espectáculo Luís Pardo
(foto del facebook de la librería de Alfredo Brañas)
“Yo ya era rarito
de joven. Llevaba el concierto de Leonard Cohen en San Sebastián en el walkman.
Leía a Astérix y Tintín. ¡Quise ser músico
pero con estas manos torpes…!”
“Éramos los
insoportables y pedantes de nuestra promoción en la facultad. Discutíamos las
cursivas de El viejo y el mar.
Competíamos por ver quien era más listo. Creo que hemos mejorado con el
tiempo”.
Es el negro que
lleva años haciendo hablar a los políticos. “Allí siempre escribíamos con 2 o 3
adjetivos. Urgente y necesario. Pensé
que iba a acabar hablando como un conselleiro”.Le costó dejar de usar
construcciones como “poner en valor”. Cuando comenzó a idear su historia
escribía por las noches y en fin de semana. “Cada capítulo me cabía en dos
notas del móvil. Lo guardé en secreto durante un tiempo.Sin Ana hubiese tirado
la toalla mucho antes. Lo inscribió ella en el registro de la propiedad. Pensé
que me dirían que era un tarao por
dejar la Xunta”.
“Anoté todas las
editoriales, incluso una que solo publica literatura asiática. Coincidí con un
agente en una comida familiar que me puso en contacto con Blackie Books. Antes
de ir de vacaciones le entraron las dudas. En septiembre estaba deprimido,
empecé a caminar hacia a Silvouta…” Y bromea e hiperboliza con el suicidio.
“El libro podría
llamarse Desengañados. Es lo opuesto
a un libro de autoayuda. Mis personajes, jodidos en el presente, miran siempre
al pasado y se fijan en las cosas que les han hecho daño. La literatura no tiene porque ser
complaciente”.
Infelices tiene mucho sexo. “Todo en la
vida está relacionado con él, por los menos hasta los cuarenta. No tiene por
qué ser explícito. Aquí es sutil y con buen gusto”.
Está estructurado
por cinco personajes que están en distintos lapsus temporales. “Vivimos en una
sociedad de mediocres. A la gente con talento se le mira con mala cara”.
Rudolph parece el
triunfador pero es el que más quiere aparentar. “Lo tiene todo, trabajo que
mola, liga con las mujeres y, a pesar de ello, no es feliz”.
Moritz quiere
triunfar pero también la aceptación de los demás; “yo era así a los dieciocho
años cuando hacía periodismo”.
Hans, el asesor, es
el más tóxico, “el mono que contagia la infelicidad. No soy yo aunque sea bajito y calvito; no me
pasaron las mismas cosas”. Tiene problemas de sociabilización pero no se
esfuerza y siempre se justifica.
Marga es la mejor
persona. Tiene cáncer pero es joven y optimista. Se junta con estos tipos
porque no sabe estar sola. Está inspirado en Paula, que era la mejor amiga de
Javi; falleció el año pasado a consecuencia de esa enfermedad. “Me hizo mejor
persona”.
“La conselleira es
la típica con bótox. Mi mujer es
periodista de televisión, como uno de los personajes”.
“Yo soy un infeliz crónico aún
teniendo pareja, trabajo, salud… Soy
escritor porque el psicólogo es muy caro. Esta novela fue un trabajo de
psicoanálisis”. A ver lo que le dura la
felicidad y la euforia de su ópera prima. El lector, egoísta, estará más
interesado en su nuevo material.
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