miércoles, 17 de abril de 2019

Mundo en guerra

Conferencia de Ramón Lobo
en la facultad de periodismo de la USC (9-IV-2019)


   “Conocí la nieve a los siete años y me quemé. Estará en la película de mi vida”.En su juventud  escribía poemas y “traficaba” con ellos entre las chicas. “Una vez dije que mis padres habían muerto en un accidente aéreo para impresionar a una niña”. Su mamá es británica y su padre español. “Me expreso bien en inglés pero escribo con defectos. Se lo reconocí al director de la revista The New Yorker”.

   “Nunca he trabajado gratis pero es que no tengo la sensación de estar trabajando”. Hay que luchar por tus sueños como predicaba Steve Jobs. Por la primera entrevista le pagaron lo equivalente a 1´80€.

   “Nunca me han gustado los grupos de poder. Si le gusta a un diputado lo que escribes ya vas mal”. Pero no puede ocultar sentirse orgulloso de que Obama le siga en twitter.

   “Al escritor vivo hay que comprarle los libros y leer los del que ya ha muerto”. En su mesilla de noche está el de David Jiménez. “Un periódico nunca es libre, siempre hay presiones. Pago 40€ al año por el The Guardian.   Etiqueta Negra de Perú no te paga y te llama todo el rato para darte la paliza. Estoy suscrito al Whasington Post,New York Times e Infolibre. Y lo haré a El País, que hace una gran apuesta por América Latina, si cierra su web”.  Lo despidieron de ese medio y ahora colabora con ellos. “Nunca caí en la cárcel del odio y el rencor; me llevo muy bien con mis exnovias”.

   Tienes que escribir un primer párrafo muy bueno para que la gente siga leyendo. Y siempre es mejor reducir todo a menos líneas. “Yo tengo una mirada. Soy subjetivo. Lo que tengo que ser es honesto. El periodista es como un actor; tiene que vaciarse de sí mismo para poder ponerse en el lugar de los demás”.   Decía García Márquez que “la primicia es el primero que lo cuenta bien”. El lector quiere que le cuenten bien las historias y que no le mientan. Ahora el periodista está 8 horas delante de una pantalla cortando y pegando. Decía Robert Capa que “si una foto no es suficientemente buena es porque no estás demasiado cerca”; no solo se refería al espacio físico sino también a lo emocional.
  “Somos la profesión más antigua junto con el sacerdocio y la prostitución”.Los relatores nunca desaparecerán. Hemingway decía que era“el mejor oficio del mundo si lo sabes dejar a tiempo”.
   Jesús Ceberio era el director de El País cuando hubo las elecciones presidenciales en USA en 2004.Él estaba convencido de que Kerry iba a ganar a Bush. “Pero no había pruebas”. Yo miré Florida y un compañero Iowa, dos estados llave, y el demócrata iba a perder en ambos. Cuando desayuné el republicano ya había vencido. “Y yo una porra”.
   Vio la muerte de cerca.Pese a que asesinaron a tres de sus amigos “Nunca he tenido miedo a que me mataran”.  El humor, sobre todo el negro, es fundamental para sobrevivir. “En el funeral de Miguel Gil nos tocó un cura que era un coñazo”.  Éste había dicho que sabía filmar y cuando le mandaron tuvo que preguntar como se hacía. “En Chechenia comenté “si me dejan sin piernas a ver como subo al quinto sin ascensor que me he comprado”.
   Ahora los medios ya no pagan un mes en un lugar de conflicto. Contratan a un freelance que no tienen ninguna protección.  “No cobramos ningún plus de peligrosidad”.

   En las guerras hay víctimas y verdugos en los dos bandos. “Cuando aterrizas en un conflicto eres como un paracaidista. Necesitas contactos. Al principio hay que ser muy prudente. En Irak yo conocía a un profesor que me ayudaba mucho”.

   A veces fuimos unos insensatos. En Móstar iba conduciendo tras un coche blindado con miedo de pisar una mina. Y con la mano sobre la frente. Unos francotiradores a los que había entrevistado le dijeran que siempre disparaban al conductor. Mi compañero Fernando  Múgica me comentó “si me matan mis últimas palabras son Pedro J que te den por el culo”.

   “En Siria no había muchos periodistas porque los secuestraban y mataban. Y luego nos sorprendía la crisis migratoria que se inició en 2015”.


   En El Congo habían matado a cuatro maristas . Hablé con un niño que me pidió mi dirección. No sabía escribir; solo quería presumir ante su gente de tener un amigo extranjero.

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