*Partido de semifinales ida de la Champions League. 1-IV-2019
Barcelona 3-0 Liverpool (Suárez y dos de Messi)
*Fotos gentileza de El País y El Mundo Deportivo
La respuesta al
doble gancho fue instantánea. Pegó a gol Firmino,añorado por su asociacionismo,y
fue Rakitic quien se dejó pescar para salvar el botín; el rechace fue para el
Faraón que bateó con diestra al poste. Pero la ofensiva traía sus riesgos.
Suárez malgastó un tres para uno. Y tras un córner visitante, Messi lideró una
contra perfecta que Dembélé hizo añicos. El fino ambidextro pudo hacer un
doblete en dos minutos en cancha. ¡Madrid a la vista!
Barcelona 3-0 Liverpool (Suárez y dos de Messi)
*Fotos gentileza de El País y El Mundo Deportivo
Expectación máxima.La
participación de Joe Gómez y Arturo Vidal parecía indicar un respeto
mutuo.Klopp aprovechó la duda de Firmino para no plantarse con tres
arietes.Pero no se aplacó la electricidad ni el espectáculo. La presión Beatle obligaba a despejes poco ortodoxos
de los culés. Piqué, temporada inmaculada, volvió a ser un imán. Lenglet sufrió
de lo lindo con Salah,que no se intimidó en el Templo Condal. El francés acabó
con amarilla y con el cuello de la camisa hecha jirones.Kuipers siguió un
criterio permisivo que corrigió en la segunda mitad.
El carrito del golf
se llevó a Keita. Luz verde para Henderson, que no tiene menos despliegue
físico que el guineano. Wijnaldum, más gris que su camiseta, escapó de los
focos y de la pelota.
Robertson, botas
rojas y pies ligeros, es el alter ego de Alba. Los primeros cuarenta y cinco
minutos fue una flecha profunda, en la reanudación esprintó igual de rápido
para achicar agua.
Besó los tres dedos
el uruguayo. El mohicano,siempre mejor sin la pelota,cambió el juego hacia
Coutinho,Alba centró y Suárez se anticipó a Alisson.La posición del charrúa,que
se pasó media noche en offside, no era dudosa. La pantera rosa no fue héroe ni
vikingo rubio.Un pase largo a Mané,con el lunar de la efectividad, lo
desaprovechó rematando alto con su pie de apoyo.
Milner,entonces
celeste,lleva tatuado en el orgullo un caño de Leo hace cuatro años. Su vendetta
fue de nuevo pegado a la cal. El diez exageró,como excepción,un intencionado
empujón.
Los reds cambiaron el chip. Había que acabar
jugadas. Ter Stegen, como si fuera una dinámica de entrenamiento,sacó una a su
izquierda, otra a la derecha y una tercera,más tímida,al muñeco.Coutinho,
siempre bajo lupa por su irregularidad y pérdidas, dio paso al aplicado Semedo.
El segundo tanto
llegó en jugada sucia. Quiso cortar Fabinho, se benefició Luis que remató con
el muslo y Messi, en bandeja de plata, aprovechó el manjar. El ex del Mónaco se
ganó una condecoración en la solapa por sus faltas tácticas. Y Leo, pese a
estar algo lejos, mimó la esfera y, tras tocar el hombro de un hoplita, la
mandó donde todos buscamos en la videoconsola.
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