jueves, 2 de mayo de 2019

Olvidarse de Roma

*Partido de semifinales ida de la Champions League.  1-IV-2019
Barcelona 3-0 Liverpool (Suárez y dos de Messi)

*Fotos gentileza de El País y El Mundo Deportivo 

   Expectación máxima.La participación de Joe Gómez y Arturo Vidal parecía indicar un respeto mutuo.Klopp aprovechó la duda de Firmino para no plantarse con tres arietes.Pero no se aplacó la electricidad ni el espectáculo. La presión Beatle obligaba a despejes poco ortodoxos de los culés. Piqué, temporada inmaculada, volvió a ser un imán. Lenglet sufrió de lo lindo con Salah,que no se intimidó en el Templo Condal. El francés acabó con amarilla y con el cuello de la camisa hecha jirones.Kuipers siguió un criterio permisivo que corrigió en la segunda mitad.

   El carrito del golf se llevó a Keita. Luz verde para Henderson, que no tiene menos despliegue físico que el guineano. Wijnaldum, más gris que su camiseta, escapó de los focos y de la pelota.

   Robertson, botas rojas y pies ligeros, es el alter ego de Alba. Los primeros cuarenta y cinco minutos fue una flecha profunda, en la reanudación esprintó igual de rápido para achicar agua.

   Besó los tres dedos el uruguayo. El mohicano,siempre mejor sin la pelota,cambió el juego hacia Coutinho,Alba centró y Suárez se anticipó a Alisson.La posición del charrúa,que se pasó media noche en offside, no era dudosa. La pantera rosa no fue héroe ni vikingo rubio.Un pase largo a Mané,con el lunar de la efectividad, lo desaprovechó rematando alto con su pie de apoyo.
   Milner,entonces celeste,lleva tatuado en el orgullo un caño de Leo hace cuatro años. Su vendetta fue de nuevo pegado a la cal. El diez exageró,como excepción,un intencionado empujón.

   Los reds cambiaron el chip. Había que acabar jugadas. Ter Stegen, como si fuera una dinámica de entrenamiento,sacó una a su izquierda, otra a la derecha y una tercera,más tímida,al muñeco.Coutinho, siempre bajo lupa por su irregularidad y pérdidas, dio paso al aplicado Semedo.

   El segundo tanto llegó en jugada sucia. Quiso cortar Fabinho, se benefició Luis que remató con el muslo y Messi, en bandeja de plata, aprovechó el manjar. El ex del Mónaco se ganó una condecoración en la solapa por sus faltas tácticas. Y Leo, pese a estar algo lejos, mimó la esfera y, tras tocar el hombro de un hoplita, la mandó donde todos buscamos en la videoconsola.



   La respuesta al doble gancho fue instantánea. Pegó a gol Firmino,añorado por su asociacionismo,y fue Rakitic quien se dejó pescar para salvar el botín; el rechace fue para el Faraón que bateó con diestra al poste. Pero la ofensiva traía sus riesgos. Suárez malgastó un tres para uno. Y tras un córner visitante, Messi lideró una contra perfecta que Dembélé hizo añicos. El fino ambidextro pudo hacer un doblete en dos minutos en cancha. ¡Madrid a la vista!

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