Panorámica de SAN FRANCISCO
Toda su historia
tembló en 1906. La batidora del horror.
Con una intensidad brutal, 8´25 grados en la escala Richter. Los incendios
duraron 3 días. Se contabilizaron unas 3000 víctimas. Pero las flores crecieron
en la ceniza. A fuerza de remar ya habían reflotado con la Exposición Panamá-Pacífico
de 1915. Los años treinta, tristes para todos, fueron de emprendimiento y efervescencia. Autoestima
y construcciones faraónicas.
El sinuoso relieve no permite un paseo
relajado.Divertido sería en carrilana o bici sin cadena. Los tranvías son la
sangre que circula por San Francisco. En 1947 se quiso substituirlos por buSes
y, gracias a las protestas, se pudieron conservar tres líneas. Los raíles
silban aunque las máquinas no estén cerca. Como abejas. De las alcantarillas
sale humo. ¿Qué se cocina ahí abajo?
Es rojo.Más austero
que art déco.El Golden Gate conecta la ciudad con el Condado de Marin. Un kilómetro
largo y media hora para atravesarlo. Fotografías entre la niebla. En el primer
tramo espiamos el patio del Fort Point. Patines y animales no están
permitidos.Bicis sí.Hay zonas protegidas con alambrada y varios teléfonos
antisuicidios para que se lo piensen una vez más. Pero la vida se abre paso;soy
testigo de una petición de matrimonio.Rodilla al piso. Ella dijo sí. Si agarras
el pasamanos se nota el paso de los coches. Vibra. Eso da miedo en una zona de
fallas.En la cornisa unas gafas de sol,sandalias desparejadas,monedas que han
perdido su color…
En Lombard Street la carretera zigzaguea
para suavizar una pendiente que antes tenía un 27%. Las escaleras laterales,
adornadas con plantas y flores, no caracolean. Coches descapotables hacen cola
y palos selfies. Meandros de narcicismo.
Los renglones torcidos de Dios.
El Embarcadero, así
en español, da acceso a todos los muelles. En Fisherman´s Wharf hay un Madame Tussauds para interactuar con
Stephen Curry y Taylor Swift.Muchos quieren probar el cóctel de cangrejo. El restaurante
Bubba Gump está en el segundo piso del afamado Pier 39.En enero llegan,venciendo
a las gélidas aguas y corrientes de la bahía, colonias de leones marinos.
Del pier 33 zarpa
un barco para Alcatraz. Las moscas
nos atacan en la travesía.Los pájaros negros toman el sol sobre La Roca.A 3
kilómetros de la libertad. Esta prisión de máxima seguridad estuvo activa desde
1934 hasta 1963 cuando Kennedy la clausura.Luego la okuparon los indios.
Los beat eran
bohemios desilusionados con el conformismo.Consumidores de marihuana. Se
asentaron en North Beach, que
paradójicamente no toca playa. En Whasington Square, junto a la Iglesia de la
cruz dorada, los asiáticos hacen gimnasia y danzan con abanicos rojos. Debajo
de la estatua en bronce de Franklin se
guardó en 1979 una cápsula con unos vaqueros, un poema de Felinghetti y una
botella de vino. Se desenterrará un siglo después. La Iglesia de San Pedro y
San Pablo o Catedral Italiana tiene representados los iconos de los cuatro
evangelistas.
La Coit Tower se alza 63 metros sobre
Telegraph Hill desde 1933. Los murales tatúan su interior. Saca pecho un Colón
de cuatro metros donado por la comunidad italiana.
Se oye el grito de las gallinas antes de
ser decapitadas en China Town. La
Grant Avenue, que atraviesa el Barrio, es
casi un valle que parte de la Puerta de los Leones. Los guerreros de Xian
defienden una fachada. Y mucho color.El rojo aporta felicidad y vitalidad, el
verde longevidad y el amarillo salud. Bruce Lee me reta a duelo; me veo
inferior y arrojo la toalla.
En Nob Hill viven los peces gordos. La Grace
Cathedral plagió a Notre Dame. Las vidirieras se inspiraron en el azul de Chartres
y el rosetón se hizo allí. La construcción primitiva, durante la fiebre del
oro, se vino abajo en 1906. En las obras de 1928 al 64 se empleó cemento para
resistir mejor a los terremotos. La donación sugerida son 10 dólares. A ver
quien cumple.
Union Square tiene tintes
patrióticos.Se denominó así por las manifestaciones que hubo aquí de los
californianos a favor del Norte durante la Guerra de Secesión. La estatua que
hace equilibrio sobre el pedestal conmemora la victoria del Almirante Dewey en
Manila en 1898.
Mana el agua
turquesa de la fuente Vaillancourt
de Justin Herman Plaza; parece
detergente. El guano peina la Estatua de Ghandi,
levantada en 1988, cuatro décadas después de su asesinato.
La torreta del Ferry,
inspirada en el campanario de la Catedral hispalense, venció al baile de 1906;
sin ser muy elevada, se aprecia desde la distancia por la tiranía que ejerce Market Street. Un limpiabotas con sombrero de copa sube a sus clientes al piano de cuatro plazas.
El techo de la
ciudad es la Salerforce Tower; el
rascacielos de Soma tiene un aire al Agbar de Barcelona.Pero es más pintoresca
la Transamerica Pyramid,también plantada
en Financial District;el obelisco concluye con una aguja de 64 metros que se
ilumina de noche.El Bank of América,edificio
rectangular que se asoma en las fotos,tiene vistas panorámicas en la planta 52.
Besando la bahía está la sede de los Giants.
El inmueble del
Museo del Helado es muy flower power.
Deambulan por Calle Ellis los que tienen el cielo por techo. El Orpheum oferta Los Miserables.
Una boda
civil en el Ayuntamiento estilo Beaux
Arts. Lincoln está cansado y un
ejército de infantería lo protege. Me siento bajo la Pagoda de Japan Town; las palomas de Hitchcook me
picotean por no cederles mi comida.
En Haight Street hay casas como las que
vimos en El Príncipe de Bell Air. Banderas
arcoíris en Castro.“Make América gay
again”.En el teatro proyectan Vértigo
en 70 milímetros.En el cemento una imagen dorada sonriente. Es Sally Ride,
primera astronauta americana en el espacio.
Desde Twin Peaks, aunque se disipen los
cielos plomizos, casi no se aprecia el Golden Gate. Junto a las antenas, te
sientes el Creador. Un mapa a la vista como el mantel de la mejor mesa.
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