sábado, 3 de noviembre de 2018

Sube y baja


Panorámica de SAN FRANCISCO

   Toda su historia tembló  en 1906. La batidora del horror. Con una intensidad brutal, 8´25 grados en la escala Richter. Los incendios duraron 3 días. Se contabilizaron unas 3000 víctimas. Pero las flores crecieron en la ceniza. A fuerza de remar ya habían reflotado con la Exposición Panamá-Pacífico de 1915. Los años treinta, tristes para todos, fueron de emprendimiento y  efervescencia.  Autoestima  y construcciones faraónicas.

   El sinuoso relieve no permite un paseo relajado.Divertido sería en carrilana o bici sin cadena. Los tranvías son la sangre que circula por San Francisco. En 1947 se quiso substituirlos por buSes y, gracias a las protestas, se pudieron conservar tres líneas. Los raíles silban aunque las máquinas no estén cerca. Como abejas. De las alcantarillas sale humo. ¿Qué se cocina ahí abajo?

   Es rojo.Más austero que art déco.El Golden Gate conecta la ciudad con el Condado de Marin. Un kilómetro largo y media hora para atravesarlo. Fotografías entre la niebla. En el primer tramo espiamos el patio del Fort Point. Patines y animales no están permitidos.Bicis sí.Hay zonas protegidas con alambrada y varios teléfonos antisuicidios para que se lo piensen una vez más. Pero la vida se abre paso;soy testigo de una petición de matrimonio.Rodilla al piso. Ella dijo sí. Si agarras el pasamanos se nota el paso de los coches. Vibra. Eso da miedo en una zona de fallas.En la cornisa unas gafas de sol,sandalias desparejadas,monedas que han perdido su color…
   En Lombard Street la carretera zigzaguea para suavizar una pendiente que antes tenía un 27%. Las escaleras laterales, adornadas con plantas y flores, no caracolean. Coches descapotables hacen cola y palos selfies.  Meandros de narcicismo. Los renglones torcidos de Dios.

   El Embarcadero, así en español, da acceso a todos los muelles. En Fisherman´s Wharf hay un Madame Tussauds para interactuar con Stephen Curry y Taylor Swift.Muchos quieren probar el cóctel de cangrejo. El restaurante Bubba Gump está en el segundo piso del afamado Pier 39.En enero llegan,venciendo a las gélidas aguas y corrientes de la bahía, colonias de leones marinos.

   Del pier 33 zarpa un barco para Alcatraz. Las moscas nos atacan en la travesía.Los pájaros negros toman el sol sobre La Roca.A 3 kilómetros de la libertad. Esta prisión de máxima seguridad estuvo activa desde 1934 hasta 1963 cuando Kennedy la clausura.Luego la okuparon los indios.
   Los beat eran bohemios desilusionados con el conformismo.Consumidores de marihuana. Se asentaron en North Beach, que paradójicamente no toca playa. En Whasington Square, junto a la Iglesia de la cruz dorada, los asiáticos hacen gimnasia y danzan con abanicos rojos. Debajo de la estatua en bronce de Franklin se guardó en 1979 una cápsula con unos vaqueros, un poema de Felinghetti y una botella de vino. Se desenterrará un siglo después. La Iglesia de San Pedro y San Pablo o Catedral Italiana tiene representados los iconos de los cuatro evangelistas.
   La Coit Tower se alza 63 metros sobre Telegraph Hill desde 1933. Los murales tatúan su interior. Saca pecho un Colón de cuatro metros donado por la comunidad italiana.
   Se oye el grito de las gallinas antes de ser decapitadas en China Town. La Grant Avenue, que atraviesa el Barrio, es casi un valle que parte de la Puerta de los Leones. Los guerreros de Xian defienden una fachada. Y mucho color.El rojo aporta felicidad y vitalidad, el verde longevidad y el amarillo salud. Bruce Lee me reta a duelo; me veo inferior y arrojo la toalla.
   En Nob Hill viven los peces gordos. La Grace Cathedral plagió a Notre Dame. Las vidirieras se inspiraron en el azul de Chartres y el rosetón se hizo allí. La construcción primitiva, durante la fiebre del oro, se vino abajo en 1906. En las obras de 1928 al 64 se empleó cemento para resistir mejor a los terremotos. La donación sugerida son 10 dólares. A ver quien cumple.

   Union Square tiene tintes patrióticos.Se denominó así por las manifestaciones que hubo aquí de los californianos a favor del Norte durante la Guerra de Secesión. La estatua que hace equilibrio sobre el pedestal conmemora la victoria del Almirante Dewey en Manila en 1898.

   Mana el agua turquesa de la fuente Vaillancourt de Justin Herman Plaza; parece detergente. El guano peina la Estatua de Ghandi, levantada en 1988, cuatro décadas después de su asesinato.

La torreta del Ferry, inspirada en el campanario de la Catedral hispalense, venció al baile de 1906; sin ser muy elevada, se aprecia desde la distancia por la tiranía que ejerce Market Street. Un limpiabotas con sombrero de copa sube a sus clientes al piano de cuatro plazas.
   El techo de la ciudad es la Salerforce Tower; el rascacielos de Soma tiene un aire al Agbar de Barcelona.Pero es más pintoresca la Transamerica Pyramid,también plantada en Financial District;el obelisco concluye con una aguja de 64 metros que se ilumina de noche.El Bank of América,edificio rectangular que se asoma en las fotos,tiene vistas panorámicas en la planta 52. Besando la bahía está la sede de los Giants.



















   El inmueble del Museo del Helado es muy flower power. Deambulan por Calle Ellis los que tienen el cielo por techo.  El Orpheum oferta Los Miserables. 
Una boda civil en el Ayuntamiento estilo Beaux Arts. Lincoln está cansado y un ejército de infantería lo protege. Me siento bajo la Pagoda de Japan Town; las palomas de Hitchcook me picotean por no cederles mi comida.

   En Haight Street hay casas como las que vimos en El Príncipe de Bell Air.  Banderas arcoíris en Castro.“Make América gay again”.En el teatro proyectan Vértigo en 70 milímetros.En el cemento una imagen dorada sonriente. Es Sally Ride, primera astronauta americana en el espacio. 
   Desde Twin Peaks, aunque se disipen los cielos plomizos, casi no se aprecia el Golden Gate. Junto a las antenas, te sientes el Creador. Un mapa a la vista como el mantel de la mejor mesa.

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