martes, 13 de noviembre de 2018

Las armas. De Roma al Renacimiento

*Conferencia de Ricardo Soto (Grupo Falcata)
en el Paraninfo de la Facultad de Historia de la USC (6-XI-2018)


*(Fotografía de Xoan Soler de La Voz de Galicia)


   La biomecánica no ha variado en los últimos 200.000 años. Las artes marciales europeas eran al menos tan evolucionadas como las orientales. “Aquí siempre se representó al herrero como un gordo y en Asia como alguien que meditaba mucho”.   En China había dos estilos distintos que tenían como frontera el río Amarillo.  Alejandro al llegar a la India ya tenía entrenadores de pancracio que ganaron a los hindúes.

   La falcata es de origen celtíbero; tiene el centro de gravedad delante; está diseñada para cortar.  Sirvió de inspiración para el gladius.
   Los romanos luchaban en cohortes. Entre un legionario y otro había 90 cm. Pero no solo se combatía en formación, también de forma individual. Muchos de los entrenadores de gladiadores habían sido antes técnicos en las Olimpiadas griegas.

   Los gladiadores también porfiaban por parejas; había mujeres y también casco ciego, es decir combate sin visión para que falleciera pronto.

   El escudo, con bordes en hierro o bronce y unos diez kilos de peso,también se empleaba para atacar.   Los abrojos,una especie de minas transportables antipersona, se arrojaban al suelo. Se denomina guardia alta cuando el ataque se produce por encima del escudo.

   Los legionarios, que cargaban mucho peso en su uniforme, tenían que medir al menos 170 cm y los pretorianos 10 cm más.

   Llegamos al Medievo.Los abades escribían técnicas de combate en sus tratados. En la fechstchule alemana ganaba el primero que hiciese sangre.Pero si uno de los combatientes amputaba un miembro o mataba al rival era castigado con la horca. “No podían ser brutos”.

   Las espadas pesaban unos 1700 gramos; el mandoble, apto para torneos y justas, era algo más pesado y por ello menos técnico. El broquel era un escudo pequeño, muy útil y ligero. Las espadas de los caballeros alcanzaban 1´10 metros de alto.

   Lo importante en los duelos era dominar la línea central entre los combatientes. No se atacaba solo con la hoja, sino también con la arriaz o el pomo.

   Había dagas de rodela y testiculares. Los combates con palo no se perdieron del todo al llegar la pólvora.

   En el Renacimiento la ciencia viene en ayuda de la guerra. Jerónimo Sánchez de Carranza y Luis Pacheco Narváez aplican la matemática a la esgrima.  Quevedo representa la destreza vulgar. El arriaz pasa a llamarse ahora gavilán. El francés metía dentro un dedo, el español dos y el italiano tres.  La forma de combatir de estos últimos soldados era echado hacia atrás y esperando el ataque del contrario.

   La guarda de bigotes aparece a finales del XV.  Por tanto es un anacronismo si le ponen esa espada al Cid, personaje del XI.  En la técnica de la torceada se agarraba la espada del rival para luego tras un giro atacarle.

No hay comentarios:

Publicar un comentario