jueves, 12 de abril de 2018

El Códice Calixtino


*Sesión del Ateneo con Don José Carro Otero (19-III-2018)


   José Carro tiene buena relación con las fuerzas vivas de la ciudad: Universidad, Iglesia, Administración…    Vinculado a la antropología. Recuerda el  robo por “un pobre hombre. Ahora lo tienen en 50 cajas fuertes”.

                                                                                      (Foto de El Correo Gallego)


   Santiago es Patrón de España desde el 844 por los votos que hace Ramiro II para reconocerle su ayuda en la Batalla de Clavijo. “El primo de Cristo nos da de comer”. Jesús se juntaba con Pedro, Santiago y Juan cuando atravesaba momentos críticos. Los dos primeros son los únicos que se sabe donde están sus cuerpos.
   Se atribuyó al Papa Calixto II. Era un monje de Cluny vinculado con la familia Borgoña.  Roma, por medio de una bula, le concedió a Santiago la potestad para celebrar los Años Santos.  El día elegido, 25 de julio, fue la fecha en que lo mataron.  Roma no lo instauraría hasta el 1300 con Bonifacio VIII.  Al principio querían que fuese cada 100 años; luego pasó a 50 y después a 25. Así se instauró para que todo el mundo tuviese la posibilidad de hacer entonces la peregrinación.

   “Xelmírez era un gran negociador y untaba en oro a cualquiera”. Pasó de obispo a arzobispo. Al principio dependía de Braga y luego le adjudicaron Mérida.  A Pascual II le sacó siete cardenales.  Xelmírez aumentó el prestigio de las ceremonias para que los peregrinos no se viesen defraudados.    

   Se redactó hacia 1170 y habla de acontecimientos desde el IX. Es una compilación de cinco libros escritos en tiempos diferentes pero siempre en el XII.  A las copias se les denominó Liber Sancti Iacobus.

   Cuando se habla de un códice nos referimos a un manuscrito, anterior a la Imprenta, con interés histórico o literario y ya sin forma de pergamino enrollado sino de libro.

   El Libro I aborda la liturgia que se brindaba al Apóstol: sermones, misas…

   El segundo recoge los 22 milagros de Santiago. Casi siempre son a peregrinos, sus de-votos.”No habla de verrugas sino de cosas admirables como curar tullidos”. Un hombre de Apulia tenía un tumor de garganta y se le había hinchado como un odre.Como reme-dio le ponen una concha.   El obispo griego Stefanos hizo vigilia una noche en la Catedral; el Apóstol le anuncia que es un soldado de Cristo y le ofrece las llaves de Coimbra. Conseguirá recuperar la ciudad que estaba en manos musulmanas. Otro milagro se le aplicó a un pecador que tenía que enseñar sus faltas en un pergamino para que las leyese en viva voz el obispo; al final estaba en blanco y sufre menos vergüenza.

  El segundo tiene alguna incorporación en el XIV.Ahí es donde encontramos la primera referencia al botafumeiro que se desplazaría de la Puerta Norte,Azabacherías, a la Sur. Algún arzobispo del XX quiso retirar el incensario pero se respetó la solemnidad.
   La Traslatio es el tema central del Libro III. A Santiago lo mandan decapitar en el 44 por orden de Herodes. Era costumbre que vinieran sus barcos a buscar nuestro estaño para hacer cobre. Sí estaban bien servidos de bronce.

   En 1983 José Carro Otero encontró en un yacimiento de O Grove una moneda de 16 milímetros acuñada en la Rúa da Moeda Vella de Compostela. Corresponde a la época de Fernando II. Es la representación más antigua que se conoce de la Traslación. Se conserva en el Museo do Pobo Galego.
  
   El Libro IV fue desencuadernado del resto del Códice. Corresponde al ciclo carolingio. Habla de la supuesta venida del emperador, suceso más literario que histórico, a Compostela; lo acompañaron los 12 pares de Francia, entre ellos Rolland.  
   El de mayor interés es el Libro V. Posiblemente hay más de un autor, entre ellos Aymeric Picaud. Describe el Camino y la ciudad de Santiago. La entrada a España era a través de Roncesvalles o Saint Jean Pied de Port.

   El Cardenal Payá y Rico preparó un dossier para que el Papa León XIII diera autenticidad a que el Apóstol estuviera en la Catedral.
   En 1934 se hace la transcripción por parte del Seminario de Estudos Galegos.Entre los artífices estaban Otero Pedrayo, Risco, Bouza Brey y su tío Jesús que era historiador.  “Es un personaje señero del que uno se honra.  Llegó a escribirle dos cartas a Franco para que respetara la galleguidad”.  Implican también al profesor de Harvard Walter Muir Whitehill.  Emitieron 250 acciones con un valor cada una de 50 pesetas. También se quería transcribir el Corpus Petroglyphorum. 

   El Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento se crea en el 44, en plena dictadura. Recurrían a menudo a la imprenta que fundara Ánxel Casal.

   El Libro V ya la había publicado la francesa Jeanne Viellard pues allí no había problemas con la censura.    De las partituras musicales se encargo Germán Prado, que “era de lo mejorcito de España”.   En el 45 sale la traducción, con notas de Abelardo Moralejo.

   En 1991 es el propio José Carro Otero el que se encarga de reeditar el Códice y hacer algunas mejoras; eligió una ilustración de Carlomagno para la portada. Se edita en francés e italiano gracias a un profesor de Perugia.  En 1992 se hicieron unos facsímiles.
  
   Pero faltaba en gallego. Eduardo Pereira se encarga del Libro V en el 93. Xosé López Díaz ya traducirá el Códice al completo.   La Unesco lo nombró en 2017 Libro de la Memoria Viva del Mundo.

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