martes, 16 de febrero de 2016

Henry Moore, lejos del Parque


Breve introducción biográfica

   Lo llaman a filas para la Gran Guerra. Tiene la fortuna de envenenarse con gases en la batalla de Cambrai y puede volver a casa. Consigue una beca para estudiar escultura en Leeds. Allí conoce a Barbara Hepworth, compañera perenne que también tendría una carrera exitosa.  Se hará merecedor de otras becas en Londres e Italia. Ya como profesor, quisiera casarse en exclusiva con el arte pero lo hizo con su alumna Irina Radetsky. Su primera exposición fue un rotundo fracaso. Penetra en grupos vanguardistas, surrealismo y abstracción.  Al estallar la II Guerra se pone a dibujar algo rápido “para mirar más intensamente”. Se fija en casas en ruinas y gente desconocida refugiándose en el metro de Londres. Sus primeros esbozos de bombardeos parecen fuegos artificiales. Y paradójicamente será donde primero obtenga fama.

 Interpretación de las esculturas de Henry Moore (no lo pronuncie con u)                                         expuestas en la Plaza del Obradoiro
 
   Si no me lo explican no me entero. Seis esculturas alteran el panorama habitual del Obradoiro. La amenaza de granizo provoca que nueve personas se den de baja. Tengo guía en exclusiva.
   Filo de cuchillo por su verticalidad, poco habitual en él, transmite ingravidez. Debe observase a medida que se rodea. Sería algo así como un hueso de pájaro con cabeza y pedestal. Está inspirada en la Victoria de Samotracia.  Lo humano pasa a estar a la escala de la naturaleza.


 
  Pieza de bloqueo es como un puño cerrado. Se inspira en cerraduras, piedras de molino, mandíbulas… Irradia desde el centro. Se fija en el volumen, lo lleno y lo vacío, por donde pasa la luz y el aire. El arte no ha de ser literal; “tiene que tener algo escuro que no se vea a primera vista”.






   Óvalo con puntas se fija en las leyes de percepción de la Gestalt. Cada persona interpretará algo distinto de una obra abstracta aunque sea alejado de lo que el autor pensó; si leemos las instrucciones perderemos la primera impresión. El contorno es el que da pistas al cerebro. El interior bien podría ser un torso y testa humanos. La forma puntiaguda no denota agresividad.


   Formas conectadas reclinadas consta de un caparazón exterior que protege a un interior más blando y vulnerable. Como una armadura o una concha marina. Estamos ante un tema universal, las maternidades. Casi todo lo aprendemos a raíz de nuestra relación con nuestra madre.  “La vida está basada en las relaciones humanas y su relación con la naturaleza”.


   Se obsesiona por esculturas acostadas. Hizo más de veinte. Figura reclinada en dos piezas debe ser expuesta en la naturaleza. La textura es rígida. La parte que simboliza las piernas no deja de recordarme a la Playa de las Catedrales. La escala cobra importancia; cuanto más grande es la obra más peso tiene el tiempo, la cuarta dimensión. En escultura se palpa como simultáneo algo que es muy prolongado: Pensar la obra, diseñarla, exponerla, la reacción del pueblo…


   Cuando finaliza Figura reclinada ya era octogenario. Ya consiguiera mucho éxito y se había adinerado. Es una estatua figurativa, es decir no realista. Y aparece en reposo, como el carácter sosegado de este británico. La cabeza parece la parte más insignificante del cuerpo. Se ve influenciado por el arte azteca, en el giro majestuoso de la cabeza y en ese moño en bloque.

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