Crítica de la película Carol
Nominada a 6 Premios Óscar
Interpretada por Cate Blanchett y Rooney Mara
Nominada a 6 Premios Óscar
Interpretada por Cate Blanchett y Rooney Mara
Adaptación al cine
de una novela de Patricia Highsmith. No policiaca esta vez. Ambientada en los
cincuenta.Eisenhower promete poner fin a la Guerra de Corea.Los caballeros
lucen brillantina y las damas sujetadores cono. Se cuenta un amor furtivo entre dos mujeres.
Podría ser hoy.
Therese es bonita, tímida y educada. Confinada
en su empleo de dependiente. La Navidad la inventó El Corte Inglés. Con ciertas estrecheces económicas. Comparte
taxi para ahorrar. De niña le entusiasmaban los trenes eléctricos. Ahora le
chifla la música y tiene talento para la fotografía. Su novio planea un crucero
a Francia para el siguiente verano. Le ha pedido matrimonio pero no la escucha
con mimo. Le preocupa más su bicicleta.
El corazón de ella no palpita por él.
Se describen en Richard algunos trazos homófobos. Cree que alguien se
puede enamorar de uno de su mismo sexo si “tiene alguna razón en el
pasado”.
Carol es ricachona y madura. Con la piel
cuarteada. Vive un momento delicado. Se está divorciando de Harge. Tiene
chófer, criada y todas las comodidades. Pasión no. Fuma para matar el
nervio. Está harta de comer gelatina de
tomate en casa de sus suegros. Tuvo un romance hace años con Abby; la madrina de
la niña es ahora su confidente. Tiene “la mirada puesta en una pelirroja como Rita
Hayworth”. Carol se tiene que separar de su hija por Pascua. No la
acompaña “para que el elfo de Santa Claus no entregue sus regalos a otra niña”.
Dolor en las entrañas.
Carol necesita huir
del desencanto. Y se lanza a la conquista del Oeste. Manta y asfalto. De
copiloto casi una colegiada. Una Lolita. Descansando en moteles de carretera.
Primero duermen en cuartos separados.
El día que comparten la suite presidencial celebran su primera cita
íntima.Beben y se untan perfume en las muñecas. En año nuevo se consuma su amor
en Waterloo. Con la luz encendida. Sin sabores amargos. Pero un detective las
descubre y sesga su aventura a más de mil millas de casa. “Nos habrían encontrado de un modo u otro. No
puede haber ningún contacto entre nosotras. Lo daría todo por verte feliz. Hago
lo único que puedo. Te libero”. El
abogado de su ex marido solicita la custodia de Rindy sólo para el progenitor.
Le reprueban su conducta por una “cláusula moral”. Ella, desesperada, se conforma
con poder visitar a su pequeña en cualquier momento. La fuerzan a acudir a un psicoterapeuta. Tendrá que ponerse a trabajar. Volver a
empezar.
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