Ágape en Compostela

Análisis de la película Dieciocho comidas de Jorge Coira
Estrenada a finales del 2010
*Publicado en la sección local de La Voz de Galicia

No hay persecuciones de coches ni explosiones. No es necesario. Son historias que se van entrelazando, como en Crash, aunque bebe más de la acidez y miserias familiares de una cinta para muchos desconocida, Hapiness. Lenguaje coloquial con sutiles gotas de humor negro. Un cóctel de situaciones cotidianas que le ocurren a personajes de a pie. Lejos del genial cine de Woody Allen donde sólo los pudientes pueden sentirse identificados. Y Santiago como decorado; un anochecer en Quintana de Mortos, la frescura de la Plaza de Abastos, aunque la Xunta se empeñe en fomentar la comida enlatada.

 ¿Quién no se ha visto sorprendido por un camarero en una conversación transcendental? Un secreto tapiado durante años puede salir a la luz, la anagnórisis de la tragedia, cuando hay un invitado en casa y empiezan a oler los trapos sucios. Mujeres se sienten solas en su matrimonio y ellos necesitan escapar. El inmigrante debe escarcear con el delito hasta que aprenda el idioma. La infructuosa lucha del humano ante el paso del tiempo; la tristeza de la vida que se consume y no se habla porque ya no hay nada que decir.

 

 Jorge Coira tuvo que seleccionar entre noventa horas de grabaciones. Los intérpretes agradecen poder improvisar un guión flexible. Antológica es la conversación de Tosar con Esperanza Pedreño. Ríen, dudan, fuman y reflexionan sobre su pasado. Me los imagino así. ¿Y quién diría que Al salir de Clase sería una cantera inagotable de talentos?

   Competirá con un film que aborda la Ruta Jacobea y con la surtida oferta del Festival Cineuropa, que sale a mitad de precio. La recogida sala cinco de los renacidos Multicines Compostela se va vaciando. Pilar Rubio sale desapercibida. ¡Es ella!; la madrileña ultima el rodaje en Galicia de la serie Piratas que emitirá Telecinco. Adivinen quien la dirige.