lunes, 7 de mayo de 2018

No soy el ojo de Dios


*Encuentro en Numax con el director Nobuhiro Suwa
Traducción a cargo de Casa Galicia-Japón

   Su primer largometraje fue 2/Dúo. Analiza una escena que filmó el primer día de rodaje. Vemos una pareja de novios. El chico le cuenta su sueño pero ella tiene prisa por ir a trabajar. Los actores improvisaban sin guión.   Cuando en la mayoría de las películas los intérpretes deben ser obedientes y sumisos. Aquí ella aparece semiescondida. “Pero yo no soy un director normal. No pasa nada porque algunas partes no estén a la vista”.

   Luego utilizó ese recurso el resto de la película de una manera consciente. En otra escena el protagonista, un actor al que no le va muy bien, le pide la mano a su chica para remontar el vuelo. “No parece buena persona”. A él, de espaldas, se le ve por un reflejo del espejo. Otros directores elegirían otro plano donde se le viera bien la cara. Nobuhiro tenía poco presupuesto así que, con su decisión e instinto, también ahorraba costes.
   No le gusta cortar y cambiar ángulos. Disfruta con el caos. “En los rodajes hay accidentes, desastres pero el resultado final del filme no es una casualidad. La edición no se improvisa.Mi trabajo se parece al de un escultor pero la madera tiene sus propiedades y no es siempre igual”. 

   Hay escritores como Honoré de Bazac que ya tienen toda la información cuando empiezan a escribir. Y otros como Camus.En El Extranjero Meursault ni se acuerda cuando murió su madre; “fue ayer o anteayer”. Como si hubiera en el mundo una parte irreal.
 Más observador que omnisciente.“Quiero ser un director cero.No quiero estar en posición para dirigir todo el mundo.  Hay veces que la cámara parece estar en todas partes pero ese no es mi estilo”.

   En Yuki & Nina ya fue consciente de las diferencias entre Francia y Japón. Es una fusión de culturas porque también había un director galo, Girardot.  “Los franceses, que conozco bien, nunca están de acuerdo con nadie”. La sociedad japonesa es igualitaria. “Nos cuesta oponernos a los demás”. Utilizan más el plural porque siempre trabajan en equipo. Fue después de las guerras mundiales cuando empezaron a pensar como un colectivo. Y muchos intelectuales empezaron a apreciar la forma de ser de su pueblo cuando emigraron. Su padre le recomendó que no fuera director de cine porque había que ser muy diferente de los demás.
   “Da menos miedo si aparece un león en una novela que en una película”. En el casting de El león duerme esta noche permitió a cada niño que se inventara un personaje.Fomentó su carácter e imaginación. Se mezclaba la realidad y la ficción pues los pequeños no sabían cuando estaban filmando.En el grupo de adolescentes prefería que no hubiese director y que se tomasen decisiones consensuadas entre todos. “La peli no era muy decente pero me sorprendió”.
   El ruso Mikhail Bakhtin escribió una obra sobre Dostoievski; se describe un circo donde se mezclan actores y público. Se acortan las distancias y queda el contacto entre la gente. Pues en el mundo real estamos alejados física y psicológicamente. “Viven el espectáculo”. Las normas del mundo real están prohibidas. No hay jerarquía, miedos ni otros protocolos o restricciones.   Eso es lo que buscó en El León duerme esta noche. “Me gusta que no haya orden y que las personas, aunque sean salvajes, choquen”. Ese mensaje dio Godard en Week-end; aparece una cabina en el medio del campo. Es un mundo deformado. La frontera de lo real.

No hay comentarios:

Publicar un comentario