*Charla del periodista Xabi Sanmartín en la Facultad de Periodismo de la USC
para promocionar su Gran Libro del Obradoiro
Iba a
especializarse en economía. Pero se percató que en su sector es mejor no
polarizarse. Trabaja en El Correo Gallego y escribe sobre
deportes, cultura, tecnología… A veces lo llaman de la revista Líbero y hace otras colaboraciones no
remuneradas. Coordina contenidos en la revista musical La Ganzúa. A veces solo pueden pagar a los colaboradores con una
acreditación para ir a un concierto. “Este país no paga por la cultura. Todos
hacen descargas gratuitas”.
La ciudad de
Santiago siempre ha sido más de básquet
que de fútbol, incluso en los colegios. “San Lázaro no se llenaba nunca, ni en
Primera”. El balompié es más hooligan; en
el baloncesto la relación con los
árbitros es más humana y familiar. “Es al deporte donde acuden más mujeres y
familias”. Fue orgásmico cuando se resolvió aquella pelea judicial de
diecinueve años tras la falsificación de los datos de un jugador del
Murcia. Fiebre por el Obradoiro en la cuna del Apóstol. El
periodista bilbaíno se echó entre pecho y espalda un programa radiofónico
diario hablando de baloncesto en la campaña 2009. Algo inédito en toda España. “Perdí
entre ocho y diez kilos”.
Pero ha venido aquí
a hablar de su libro. Buena edición, tapas duras y 300 fotografías en 272
páginas. “Me di cuenta que lo antiguo
interesaba y había un buen nicho ahí”.
Son cincuenta
entrevistas a gente trascendente en la historia del Club. Con la gente de mayor
edad procuraba quedar en persona. Y con los más jóvenes se valía del mail y del
teléfono. Muchos querían contrastar lo que él había anotado. Tienen derecho
legal a ello pero Xabier recelaba. “Nunca hago eso. Quiero que te fíes de mí. Si tengo dudas en las notas te llamo”.
“En los años 70 las
actas de los partidos eran muy franquistas”. Y era costumbre que los equipos
locales de las categorías no profesionales bajasen diez o quince centímetros la altura del aro de la canasta de su
ataque.
En el Viejo Sar
había unas humedades terribles. El río pasaba por debajo. Tenía un ventilador
gigante. La superficie era durísima y los jugadores americanos, que ya se
preocupaban por el cuidado de su cuerpo, no querían venir aunque se les pagase
bien.
Kendall, “un sol de tío”, compraba
marisco a buen precio en la Plaza de Abastos.
Se perdía solo por la ciudad para aprenderse las calles.
IMPORTANTE Hola Rubén. Gracias por hacerte eco de la charla que di en la Universidad de Santiago invitado por el profesor Fermín Galindo y a la que acudiste como alumno PERO ATENCIÓN.... tras leer el texto te agradecería que contactaras conmigo lo antes posible ya que el post tiene varios deslices, como datos incorrectos y textuales equivocadas. Gracias. Un saludo. Adjunto datos de contacto : xabiersanmartincuevas@gmail.com galiciabasket@gmail.com
ResponderEliminarelgtanlibrodelobradoiro@gmail.com