Crónica del Barcelona1-1Atlético de Madrid (17-5-2014)
De amarillo en las
tablas. Lloró Costa desconsoladamente. Lloró Arda, finura otomana. Miembros resquebrajados
en la lidia. Pero el diamante no se rayó. Y lloró Cerezo al bajarse el telón.
Dieciocho años en
la sala de espera. Los espartanos de hoy no difieren tanto de los que otrora
siguieron los mandatos de Antic. Un Golliat de portero, centrales con poderío
aéreo, laterales largos y una fe ciega en la estrategia. Koke resucitó los
golpeos milimetrados de Pantic. Simeone legó su alma competitiva a su capitán.
Nunca rendirse ante la adversidad. Jamás.
El Barça dio
carpetazo a la temporada más ominosa. Tito luchó sin recompensa. Se cansó Puyol de no poder rendir a su nivel. Valdés abandonó el barco y naufraga en
solitario. Tata nunca encontró un voluntario que aligerase lastre de su espalda.
El Mesías dejó su alma en Rosario.
Primera parte de
baches y trincheras. Industria pesada. Puñetazos de tanteo. A la media hora Alexis
azotó una volea con rabia al palo corto de Courtois. El bullicioso chileno,
delicado ante Diego López, anotó dos de los tantos más estéticos de la campaña.
Los culés eran campeones. Pero los colchoneros vinieron excitados de
vestuarios. Villa se revolvió con un remate sólo apto para ambidextros. Y
Godín cabeceó a placer al segundo palo. El secreto más veces revelado.
El Barça sacó
orgullo. Bailó en el alambre hasta el último suspiro. Gol anulado a Messi por
un discutible fuera de juego. Las
permutas blaugranas no fueron filosóficas. Pedro, lejos del estado de forma de
marzo, por Neymar, que evitó brindar su cuerpo de cristal con los zagueros atléticos
.Pulmonía en el rincón de la creatividad. Mascherano y Song, tapones de la
hemorragia, fueron los más eficaces. Alves
sigue su retahíla de centros al delantero invisible.Se escoró a Leo a la
derecha donde no intimida con sus chuts.Piqué de nueve. Y Pinto soñó con emular
a Palop.
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