Etapa 4 de la Vuelta Ciclista a España (27-8-2013).
Por la ciudad del Apóstol
los cinco fugados tenían una ventaja de más de siete minutos sobre los hombres
de Radioshack. Yo, entusiasmado con el bidón biodegradable del Argos. Un niño
con juguete nuevo. Juguete roto porque le había atropellado un coche de
carrera.
Los molinos de
Carnota soplaban a favor del pelotón. La distancia se había dividido a la mitad.
Igor sufría un pinchazo. Más tarde Samuel Sánchez tendría problemas con su
zapatilla izquierda. Una china en el zapato en el vía crucis que atraviesa Euskatel. Naranjas amargas.
Y Llegaba la pared.
Nicolas Edet, sangre combativa, marcó todo el ritmo de la subida y fue
derritiendo a sus adversarios. Las rampas del treinta por ciento hicieron que
más de uno pusiera pie en tierra. Gilbert, todo un campeón del mundo,se quemó
en el Hades. Flecha intentó despegarse sin éxito. Roche encabezó la persecución
para sumar más puntos de la montaña.
El audaz Txurruca se
lanzó en las angostas curvas de bajada y consiguió conectar con cabeza de carrera.
Y aprovechando unos instantes de anarquía se sumaron cuatro gladiadores más.
Nerz, Vicioso, Herrada y Luisle. El muleño, con cuatro etapas en el Tour, ya es
leyenda. Una amenaza. Sólo tenían veinte
segundos y Radioshack apretó las tuercas.
Incluso Horner, un buen vino, se dejó ver en cabeza. Cazados. Cee se mostró al mundo como un pavo real de
plumas rojas. Y Estorde presumió de su playa de herradura. Galicia no duerme la
siesta.
En 2012 Purito
demostró su valía en Ézaro.Hoy su fiel apoyo tuvo licencia y fuerza en las piernas. Arrancó en los metros finales. Cancellara,
mal compañero el helvético, aumentaba desarrollo y asomaba el bigote.El
fuenlabreño ya hizo cima en Sierra Nevada hace dos veranos. Joaquim, entusiasmado,
se alegró como si ganara él. Las meigas prendieron fuego y arrojaron a las
brasas el maillot de Katusha. Se sirvió queimada. El faro hizo un guiño. Primera
victoria hispana.
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