Mutis. Se celebró un emotivo minuto en memoria de un aficionado herculino que falleció tras viajar a Pudela para arropar a su Dépor. La primera cabalgada del elegante García por banda derecha terminó con centro y remate en elevación del oportunista Stuani. El silencio.
Colotto tenía morriña y sus pases largos acababan en la pista de atletismo. Se pidió un penalty por mano de Stuani. Una cerveza sobrevoló el área perica y Muñiz avisó al delegado del percance. La frustración. Toda la grada se vistió la gabardina de detective y señaló al descarriado.
El perico más desequilibrante fue Wakaso que desquició a Manuel Pablo hasta que el canario se rehízo en el segundo período. El ganés, fuego y gasolina, le sacó una tarjeta a Abel Aguilar y no cometió sus habituales entradas a destiempo. El colombiano, un referente como la Torre de Hércules, canalizó el ataque y se vació en la recuperación. El Flaco tuvo una tarde gris oscura.
Verdú enganchó un chut desde la frontal que se envenenó en el pasto y Dani no la pudo atajar de primeras. Al catalán le llovieron exabruptos de desamor pero fue creciendo en el partido.
Cristian no estaba conforme con el insuflado del esférico. Hasta el mítico N´Kono consiguió hábilmente concederle su capricho. No quedó conforme hasta que Muñiz le enseñó la amarilla.
Susto para la parroquia que volvía de la cantina. Mubarak dejó a Sergio en posición inmejorable y la vaselina del internacional la rozó Aranzubía y la desbarató Silvio en línea de gol. La respuesta gallega fue un ataque dilatado con pases cortos merodeando la media luna. Nadie se atrevía a golpear. Gama probó fortuna. Golazo. Los dos fondos empezaron a comunicarse. Eco.
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