lunes, 18 de noviembre de 2013

La desdicha de Jasmine

*Crítica de la película Blue Jasmine (Woody Allen, 2013)

   Woody Allen ha dado a luz a un nuevo retoño. Nunca falla. A la sombra del sueño americano, fuera de los focos, también existe el precipicio.  Se sirve de un puzle de vivencias presentes en-garzadas con analepsis, que escapan de su recurrente área de confort. Una partida de pimpón.

   Se retrata el pretérito perfecto de Jasmine en la Gran Manzana. Estampa tradicional del ganador de cuatro Óscar.   Una mujer de alta alcurnia que vive una vida más que acomodada. Educada,  estilosa y caprichosa. Vive en una choza de lujo con servicio doméstico. Anfitriona de ágapes distinguidos como máximo cometido. Queso con uvas. Martini con una filigrana de limón. Y pilates y yoga para recuperar la línea de la superficialidad. Escapadas frecuentes a Mónaco y Saint Tropez para ver el cielo siempre azul. O caer en Viena para atiborrarse de tarta de chocolate.  Cegada por El Dorado olvida su sangre. Nunca se ha preocupado por el coqueteo de su hijo con las drogas. Su marido, que presume de ayudar en obras benéficas,  se ha bañado de oro con negocios ilícitos. Pero ella no lo quiere ver. Él ha tenido aventuras durante años. Cuando Jasmine abre los ojos ha de renunciar a los privilegios. Ese es su angustia, su desamor.   

   San Francisco simboliza el descenso al Hades. Su reclusión en el Alcatraz de la desesperación. Turbulencias. Un Oeste sin conquistar.  Atiborrada de pastillas, rota por dentro, ha de recurrir a Ginger, hermanastra  de la que siempre se avergonzó. Repudia cada uno de los amores de la humilde cajera, toscos y asilvestrados. Sin paciencia para domar a dos niños bañados en cola.

   ¿Las personas pueden reinventarse? Con prejuicios para trabajar en ciertos sectores la cata-pulta más rápida al bienestar es encontrar a un buen partido. En una fiesta conoce un pudiente aspirante a congresista. El perfil perfecto. Es un tren que no dejará escapar, aún a costa de decorar su vida de mentiras. El amor es eterno mientras dura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario