Mi visión de la película CODA
Ganadora de la 94ª edición de los Premios Óscar
y mejor actor secundario para Troy Kotsur
Todos seguían ojipláticos en el Dolby Theatre. Will Smith le había dejado marcada la cara a
Cris Rock. Tras ese raquetazo quedó en
la neblina la victoria de CODA.
Todos cotillean a los Rossi por su condición
de sordos. No se ocultan, orgullosos de
su carácter y de salir adelante. La hija es la única que percibe el sonido.
Papá, bromista y políticamente incorrecto,
quiere mantener la cohesión de la familia. La relación con mamá, con altas dosis de
egoísmo, es más tirante.
Su temperamental hermano desgasta su dedo
índice en Tinder. Un caramelito
apetecible para la amiga camarera de Ruby.
Hormonas saltarinas.
Ruby desea a Miles pero hasta ahora solo
ha abrazado a su peluche de pulpo. Él mete la pata por reírse de la gestualidad
sexualizada de su padre. Y ,a la velocidad de un alud, acaba siendo la
comidilla en los pasillos del instituto de Gloucester. Pese a todo se le ve
buen chico. Se besan en el recóndito lago de aguas prohibidas.
La familia Rossi se gana la vida con la
pesca. Están algo aislados por sus dificultades en la comunicación. Dependen
de Ruby para que les eche una mano con las redes y como intérprete. Sin un
oyente nadie puede escuchar los avisos de emergencias por radio. El gremio de
los lobos de mar es dibujado como trabajador pero rudo.
El canto es su pasión. Pero su estirpe no
puede saber si lo hace bien. El profe de música ocupa un rol excéntrico ya
conocido. Mezcla métodos autoritarios con técnicas motivadoras para perder el
rubor y la vergüenza. Desde el piano
sabe escoger quien debe cruzar la pasarela. Apuesta por ella. Pero es hora de sacrificios.
Ruby ha cogido la ola buena. Pero debe elegir entre la familia o su sueño.“Ten cuidado en los momentos de grandes victorias porque es cuando el diablo vendrá a por ti”.
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