Crónica del Real Madrid 2-0 Barcelona
Goles de Vinícius y Mariano (jornada 26)
Fotos: El mundo deportivo
Mateu no quiere
problemas. Siempre castiga al primer rebelde. Vinícius escribió cien veces “no
interrumpiré un avance de Semedo”. Expediente brillante para el juez que no
huye de los focos. Alba y Carvajal, gallitos en caliente, se pelearon y el
profe amenazó con llevarlos ante el director; cuando bajaron las pulsaciones
hicieron las paces. Buen ejemplo. El lateral recuperado mantenía un pulso de
velocidad contra el colibrí uruguayo. Jordi puso un pase que la pierna buena de
Griezmann no mejoró. El Principito, honrado en su trabajo, no brilla.
La más clara de la
primera mitad fue de Arthur. Se fue con aparente facilidad de Kroos, los ochos
son dos tractores bonitos, y el meta belga sacó la tijera de punta redonda a
tiempo. Bajo el diluvio se mataba por cada pelota.Vistosos los reversos de
Busquets,la asociación de Karim…
El sainete de
salida de balón que exige Setién solo servía para sudar la frente, palpitar el
corazón y presumir de precisión de Ter Stegen.
Isco, inmenso también en esfuerzo, quiso golear. Pagó tributo a Coutinho
por su chutazo al ángulo del palo largo y superó al genial guardameta con un
cabezazo que Piqué corrigió ya bajo la sombra del larguero.
Braithwaite cayó de
pie en Sant Joan Despí. Salió fresco. Al poco de quitarse la chaqueta tuvo un
mano a mano con Courtois. Aún sobrado de adrenalina no marcó bien a Vinícius
que le tomó la espalda. El danés no entendió el ostensible lenguaje corporal
del quaterback alemán. El brasileño,con una batería ilimitada y la constancia
de Thomas Alba Edison, necesitó una carambola para que la portería no fuese un
aro. El gol fue un surtidor de agitación para el Madrid.
El partido se
cercenó. Olas. Más le interesaba a los visitantes. Leo entró por el carril
central y se vio sorprendido por la reacción de Marcelo que celebró su
resurrección. El diez, sin duende, sin bombilla y sin sonrisa, segó una contra
de Casemiro, el amigo que no te falla cuando sufres.
Entraron los
croatas, otrora patrones de un taller de seda. Mariano nunca gozó del visado de
Zidane. Le das unas migajas y te arranca un brazo;se benefició de que Jovic es
un témpano. Peleó una ignorando lo que tenía en el retrovisor.Remató feo pero
sumó confianza.La Champions manchó la camiseta blanca y rebajó la excelencia
cruyffista. La liga se aprieta como una faja.
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