lunes, 2 de marzo de 2020

Dos bombas de palenque


Crónica del Real Madrid 2-0 Barcelona
Goles de Vinícius y Mariano (jornada 26)

Fotos: El mundo deportivo


   Mateu no quiere problemas. Siempre castiga al primer rebelde. Vinícius escribió cien veces “no interrumpiré un avance de Semedo”. Expediente brillante para el juez que no huye de los focos. Alba y Carvajal, gallitos en caliente, se pelearon y el profe amenazó con llevarlos ante el director; cuando bajaron las pulsaciones hicieron las paces. Buen ejemplo. El lateral recuperado mantenía un pulso de velocidad contra el colibrí uruguayo. Jordi puso un pase que la pierna buena de Griezmann no mejoró. El Principito, honrado en su trabajo, no brilla.

   La más clara de la primera mitad fue de Arthur. Se fue con aparente facilidad de Kroos, los ochos son dos tractores bonitos, y el meta belga sacó la tijera de punta redonda a tiempo. Bajo el diluvio se mataba por cada pelota.Vistosos los reversos de Busquets,la asociación de Karim…
   El sainete de salida de balón que exige Setién solo servía para sudar la frente, palpitar el corazón y presumir de precisión de Ter Stegen.  Isco, inmenso también en esfuerzo, quiso golear. Pagó tributo a Coutinho por su chutazo al ángulo del palo largo y superó al genial guardameta con un cabezazo que Piqué corrigió ya bajo la sombra del larguero.

   Braithwaite cayó de pie en Sant Joan Despí. Salió fresco. Al poco de quitarse la chaqueta tuvo un mano a mano con Courtois. Aún sobrado de adrenalina no marcó bien a Vinícius que le tomó la espalda. El danés no entendió el ostensible lenguaje corporal del quaterback alemán. El brasileño,con una batería ilimitada y la constancia de Thomas Alba Edison, necesitó una carambola para que la portería no fuese un aro. El gol fue un surtidor de agitación para el Madrid.

   El partido se cercenó. Olas. Más le interesaba a los visitantes. Leo entró por el carril central y se vio sorprendido por la reacción de Marcelo que celebró su resurrección. El diez, sin duende, sin bombilla y sin sonrisa, segó una contra de Casemiro, el amigo que no te falla cuando sufres.

   Entraron los croatas, otrora patrones de un taller de seda. Mariano nunca gozó del visado de Zidane. Le das unas migajas y te arranca un brazo;se benefició de que Jovic es un témpano. Peleó una ignorando lo que tenía en el retrovisor.Remató feo pero sumó confianza.La Champions manchó la camiseta blanca y rebajó la excelencia cruyffista. La liga se aprieta como una faja.

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