Hablar de mi libro

*Presentación-Espectáculo de Loba Negra de Juan Gómez-Jurado
en El Corte Inglés de Santiago de Compostela (12-XII- 2019)

*Fotografías de la web de La Voz de Galicia y El Correo Gallego

   Tolkien, Stephen King y Pérez Reverte como referentes. Juan Gómez Jurado es uno de los cerebros de Todopoderosos, un programa de radio que pretende divulgar sobre películas y libros de un modo desenfadado. “Lo hacemos gratis y lo regalamos. Acabo roto, dejamos el alma. No nos metemos el codo para quedar por encima”.

   “Los escritores hacemos mucho a posteriori a través de lo que nos dicen los periodistas y lectores. Quiero desmitificar esa leyenda del escritor como demiurgo. ¡Me siento como un mono con platillos, tirando las cosas al aire y lo hago que te cagas! El truco es que solo hacemos la mitad del trabajo; los que llenáis los huecos sois vosotros. Aprecio escribir para gente inteligente, por eso resto información y dejo solo lo esencial”.

   Para escribir es necesario planificación, documentación, exploración… Consigue la concentración en El Valle de los Caídos. Desayuno, comida y cena en una hospedería por 75 euros al día. Un emplazamiento tranquilo, sin cobertura y aislado del mundo. Con jornadas de hasta 16 horas de trabajo.  “Estás en mitad de un parque natural; vienen autobuses con cerdos”.

   A veces necesita ayuda para algunos pasajes.  Una vez uno de sus personajes mató con una paletilla de jamón ibérico. Quería conseguir,en pocos párrafos, un registro cómico y dramático a la vez. Necesitó hablar con un colega físico para que le explicara las posibles consecuencias. Tener una amiga con anosmia le facilitó el trabajo para poder describir esta patología; “me confesó que todo le sabía a cartón y que cuando abrazaba a sus hijos no podía olerlos”.

   “Tengo querencia y cariño por La leyenda del dragón. Visualmente sería un blockbuster espectacular. Me consiguió llevar a sitios que no había alcanzado con la literatura”.

   Marca una línea roja. No permitió preguntar por ciertos personajes para no desvelar sus misterios. Se siente  a gusto,en su salsa,lejos del estrado.Paseando sin escudo.Recordando el nombre de cada persona con la que habla. Bromeando, haciendo carantoñas a los niños. Con una chulería medida que posiblemente disimule su timidez. Dedicando más tiempo a las rúbricas que a la magia de la letras. Con una paciencia infinita para organizar una cola respetuosísima  que competiría con la de Doña Manolita.  “¿Y por qué tengo que leer tus libros?”. Su hija, paciente y educada, cogió el micrófono para silbar el final del partido. “¡Queremos comer!”