La doctora María
Villar Guimeráns, con un Master en nutrición por la Complutense, vino al Centro
de Mayores de A Fundación a charlar sobre buenos hábitos alimenticios. La
Directora de una investigación contra el cáncer impartió a final de año un
taller de cocina en Vite.
Nuestros órganos se
van renovando a diario en función de nuestra dieta. ¡La superficie del intestino
si se extendiese ocuparía una pista de tennis! Está diseñada para aprovechar
todos los nutrientes que le lleguen. En el intestino vive la flora intestinal,
que se nutre de alimentos prebióticos.
Si está sana no se dan bacterias patógenas. Evitamos las inflamaciones
crónicas en articulaciones, dolores de espalda, estreñimiento… Pero si comemos
alimentos que lo irritan el intestino se vuelve más permeable.
Las proteínas
diarias no pueden sobrepasar lo que coge en la palma de la mano. Sirven para
formar tejidos, anticuerpos y enzimas. Los hidratos, presentes en frutas,
verduras y cereales, aportan energía inmediata. Las grasas nos dan reservas y
forman las membranas de las células.
Los mejillones, que
tienen mucho hierro, son idóneos para evitar anemias. Y la remolacha aporta
hierro y manganeso. La creencia popular es que el calcio está en la leche. Pero
hay más en las almendras, algas, avellanas, pistachos, albahaca, sardinas en
aceite y berberechos.
Los omegas son los
reguladores de la inflamación.Las grasas buenas desengrasan.El aceite de oliva
tiene omega9. Hay omega3 en aguacate,
nueces y pescado azul. De este tipo son la caballa, salmón y trucha. Pero
cuidado pues pueden tener contaminación por metales pesados.
La mejor dieta es
la antiinflamatoria. Son muy sanos la cúrcuma, cebolla,o manzana, que tiene
quercetina. También el romero, perfecto para aliñar ensaladas, y el jengibre,
válido para infusiones si pelamos su cubierta tóxica. La clorofila, antioxidante,
elimina los tóxicos de los alimentos.
Hay betacarotenos
en la calabaza, zanahoria, brécol o col. Corrigen inflamaciones, mejoran la
visión,el rendimiento físico y previenen quemaduras por radiación si te sometes
a radioterapia.
La luteína y zeaxantina está en los grelos y el brócoli. También en el diente de león, que no es una mala hierba y puede condimentar ensaladas.Los flavonoides regulan la tensión arterial. Están en la granada y los arándanos, que son ideales para luchar contra las infecciones de orina.
Si cocinamos con poca agua necesitaremos menos sal. Las verduras no deben hervirse demasiado pues ya son todo agua. Como nosotros, un 75%. Los alimentos de temporada tienen más nutrientes pues están en su punto de maduración.El brécol aporta sustancias anticancerígenas. La calabaza es antioxidante. Las setas potencian el sistema inmune.El boniato, que no es lo mismo que la patata, es rico en vitamina c, hierro y potasio. Pero las vitaminas no sólo se concentran en frutas y verduras ya que pueden estar en los animales.
La carne aconsejada es la alimentada con
pasto y que se haya movido. Evitemos harinas, alcohol y refrescos. El azúcar
también está oculto en los alimentos. Una lata de la famosa bebida de lata roja
y fórmula secreta ya supera la cantidad diaria de azúcar recomendada por la
OMS, 25gramos.Son nocivas las comidas procesadas,que suelen llevar “grasas
trans”para que se conserven mucho tiempo. Midamos los fritos; si rebozamos en
huevo ingerimos aceites refinados.
Pero a nadie le
amarga un dulce. Podemos saciar la gula de algún caprichito si hacemos bien las
cosas el ochenta por cien de las veces . “Un organismo fuerte resiste alguna patada”.
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