jueves, 11 de septiembre de 2014

El Nobel de la lengua fuera


Apuntes biográficos de Albert Einstein
a raíz de visitar el "Historisches Museum" de Berna

   No empieza a hablar hasta cumplidos los tres años.  Le tiraban más las mates y ciencias que los soldados de plomo. Tiene paciencia. Lograba hacer castillos de cartas de catorce pisos.

   En 1896 Albert se matricula en el politécnico de Zúrich. Deseaba ser profesor. Es buen estudiante pero poco disciplinado. En Física Práctica para principiantes le califican con un “1”, castigo por no ir mucho a clase. Había sólo una chica, la serbia Mileva Maric, de la que se encapricha.Se mandan correspondencia.“Te prometo que no te voy a irritar.Soy caprichoso y lunático“.Antes de nacer Hans Albert,teórico primogénito,tuvieran otro previo al matrimonio, Lieserl.

 
  Se libra del servicio militar por padecer varices y pies planos. Al tener un expediente mediocre ha de impartir clases auxiliares. Encuentra trabajo en la Oficina de Patentes de Berna. Empieza a impartir clase en la Universidad en 1908; al principio con sólo tres alumnos,dos de ellos amigos.  En 1909 es contratado como maestro en Zúrich, donde reside hasta 1914 con un impasse en Praga. Ya es conocido, cobra bien y alterna con científicos importantes como Marie Curie.
   Muchos artistas respaldan la euforia bélica de la Gran Guerra.Él es de los pocos pacifistas.”En la guerra no hay vencedores”. Al fin del conflicto profiere un discurso en pos de la democracia.
  Inicia amorío con su prima Elsa. Es demoledora su dureza con Mileva antes del divorcio. Vive dos décadas en Berlín donde ejerce como miembro de la Academia de las Ciencias de Prusia. Gana el Nobel de Física en 1922 por la teoría de los Cuantos de Luz,no por la revolucionaria Relatividad. Alemania lo reclama y Albert, sin mucho entusiasmo, adquiere la doble nacionalidad.


 
  En el 33 los nazis congelan las cuentas de Einstein, quien defendió toda su vida la causa judía y  colectó fondos para su Universidad. Suiza no le da protección diplomática y emigra a USA, país de libertades. Consigue empleo en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton. En 1936 fallece Elsa. La secretaria Helen Dukas cuida a Albert y, a su muerte, controlará su legado.


  Tiene miedo a que Hitler se haga con la bomba atómica y solicita a Rosevelt que investigue. Pero cuando los frutos del Proyecto Manhattan se arrojan sobre los civiles nipones exclamó: “De haber sabido que mis temores infundados nunca hubiera abierto esta Caja de Pandora”.
  En la Guerra Fría lo tachan de comunista. Declina ser presidente de Israel porque prefería ser ciudadano del mundo que una marioneta del poder. Con más de setenta años comienza a salir con la bibliotecaria Johanna Fantova. Antes de morir firma en el Manifiesto de Bertrand Russel contra la proliferación armamentística. La Tercera Guerra no ha llamado a la puerta.




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