lunes, 18 de julio de 2016

Juicio a Núremberg





*Un paseo por la ciudad de Durero

Publicado en El Faro de Vigo (10-9-2016)





   El primer ferrocarril de Alemania enlazó en 1835 la segunda urbe de Baviera con la industrial Fürth,que tradicionalmente fue residencia de judíos.Cien años después se  convirtió en escaparate propagandístico del régimen nazi. Las jornadas apostaban por desfiles, marchas e himnos.




   Nada más apearme del vagón me preguntan los periodistas de Bild sobre mis augurios en la Eurocopa. Penetro en la muralla, de planta casi romboidal, y me enamoro a primera vista.    Áreas peatonales, mimos y puestos callejeros.  Bien restaurada y abarcable en una jornada. Esta localidad de Franconia Central es capital del juguete y productora de lápices.



   El Carrusel del matrimonio es una fuente erigida frente a la Weisser Turm o Torre Blanca. Se basa en el poema "Vida agridulce del matrimonio" del autor local Hans Sachs. Para él la vida conyugal avanza desde la ardiente pasión hasta el agotamiento marital en el lecho de muerte.  Desde las trompetas que jalean a una Venus como la de Botticelli hasta el deterioro de la obesa que come tarta con gula, la piraña con garras y el esqueleto que intenta ahogar al otro.



   La Iglesia de San Lorenzo se reconstruyó tras la Guerra.Un señor rosetón. Color desgastado salvo en los pináculos verdes. Junto a ella tres especialistas,espero, masajean espaldas con los codos. 

   El anciano de la harmónica se planta en el puente que hay al final de la Calle Konig. Si hay poca gente no toca. Si hay más ajetreo muy suave.

   En el río Pegnitz los patos de cabeza verde persiguen al de alas azules.Por distinto.Agarran su cuello con saña.Si es un juego no lo entiendo.Al Norte,más monumental,hay menos comercios.

   Al mediodía desfilan los hombrecillos en el carrillón de Frauenkirche. Cuentan que aquí había una sinagoga. En el mercado abundan las frutas. También las escarchadas que sólo le gustan a papá. Aún estamos en temporada de espárragos. A las seis comienzan a recoger la mercancía.



   Como las típicas salchichas asadas en el entorno de San Sebaldo y el ayuntamiento barroco. La salsa es similar a la auténtica mostaza. Me complace aunque casi me sale humo por la nariz. Pata, lengua o corazón de cerdo también están disponibles en la carta. Para valientes.


   Las casas parecen de chocolate en la dormida Weibgerbergasse. En Plaza Thiergärtnertor una estatua junto al pozo de piedra parodia el conejo de Durero. Del hijo ilustre del pueblo se puede comprar hasta un click de playmobil.Niños descalzos corretean pendiente arriba y abajo sobre los adoquines.Felices hasta que tropiezan.En la esquina de la Pilatushaus San Jorge atraviesa al dragón con su lanza. A tiro de piedra,aunque sesenta metros por encima de la ciudad, ya está el Castillo Imperial. Fue residencia de todos los emperadores y reyes de Alemania desde el siglo XI al XVI. En la puerta de entrada nos recibe el águila de lengua viperina del escudo de la ciudad. Echo la vista atrás. Ventanucas desordenadas diseminadas por tejados empinados.

   La camarera del restaurante Katz lleva tatuadas dos mariposas en los talones, amén de sus brazos enteros. El acordeonista va a pedir recompensa al terminar su pieza. Nadie le pidió que empezara.  En la Insel Schütt hay una zona de recreo chill out. Simula una playa. Sin olvidarse de la pista de volley. Con terracitas para cenar y tomar copas. Incluso puedes relajarte y consumir con los pies a remojo. Todo muy caribeño. Le chiflaría a mi amigo Carlos.


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