jueves, 15 de junio de 2023

Albania está de moda



   *Artículo publicado en La Región (15-VI-2023)

En Skhoder dialogan mezquitas con iglesias ortodoxas y católicas. Muchos ciclistas,por supuesto sin casco. A mí tampoco me lo facilitaron. De camino hacia el lago queda en lo alto de la colina el Castillo de Rozafa. Suciedad. La vaca come entre la basura, paradigma del principal problema del país. Para cenar aconsejaría pasarse por la calle peatonal 28 de noviembre, fecha de la independencia albanesa.


Mezquita Parrucës


 Bajo al mar en Durres por unas pintorescas las escaleras de madera. A lo lejos, un paisaje de astilleros. Edificios puntillistas. El anfiteatro, en estado algo ruinoso,tiene casas incrustadas en su perímetro.


Anfiteatro de Durres

La Plaza Skanderberg de Tirana recuerda a un héroe nacional del siglo XV.  Cabalga todavía. También allí se encuentran la Ópera, el Museo de Historia y la Mezquita de Et´hem Bey, copada de originales frescos en motivos vegetales. Hay que descender al Bunk Art 2 para desenterrar la memoria de las víctimas del terrorismo comunista. El Air Albania con su torre rojinegra, es el estadio donde juega la Selección, amén de acoger también un centro comercial y el Hotel Marriott.


Plaza Skanderberg


Mezquita de Et´hem Bey

   Turno para el lindo pueblo de Berat. Me toca un día nublado. En Mangalem las casas se posan ordenadamente en la falda de la montaña.  Con esa plaga de ventanas, ojos indiscretos que miran al río. Para llegar a Gorica cruzo por el puente del mismo nombre, que antaño fue de madera.  Poco fluye el Río Osum de color cemento. La Subida a Kalaja, la zona del Castillo, es cansada. El premio, un encantador mirador donde ondea la bandera nacional. Hay un puesto para refrescarse. Agua, uvas, higos, ciruelas... Un aljibe con unos arcos XL donde flota la basura. Seduce la Iglesia de Santa Trinidad, del XIII-XIV, por ser tan distinta a las nuestras. Peinada con tejadillos de ladrillo rojo.







Iglesia de la Santísima Trinidad

   Es obligatorio un paseo crepuscular para buscar un restaurante para cenar. Perros dormitando en el paseo. Van y vuelven adolescentes bien vestidos. Ver y ser visto. Y abuelos compitiendo al dominó. El límite será el Hotel Colombo, coloso blanco de 5 estrellas, que fue sede de la Universidad.
Hotel Colombo

A tiro de piedra de la isla de Sazan y del tacón de Italia está Vlorë. Los pájaros revolotean sobre el mar, buscan su objetivo, se lanzan en picado y no fallan. Un pescador recoge sus redes y consigue bastantes capturas, que dan sus últimos coletazos untados en arena. La Mezquita Muradie tiene sus achaques pero sobrevivió incluso al terremoto de 1851. En la artería principal alquilan motos con batería de litio.  Y una simbiosis entre playa extensísima y zonas deprimidas en los suburbios.


Mezquita Muradie


   Llego a la Riviera. Lo más bello de Himare es Limadhi, su oculta cala de vivo oleaje.



   Saranda crece del mar a la montaña,con edificaciones de dudoso gusto. Con colmados de barrio para avituallar a los guiris. Por algún conflicto vecinal las discotecas deben dejar de hacer ruido antes de medianoche.



 Playa abarrotada en Ksamil. Los altavoces vociferan una canción. "Love, sex, American Express".


   En el bus que va a Butrinto un espabilado niño cobra con fluidez y coloca a la gente para que en el pasillo colapsado se abra algún hueco. Pese a todo se lleva la bronca del conductor. El yacimiento al que Virgilio bautizó como "Troya en miniatura" se encuentra en el Canal Vivari que conecta el lago con el Mar Jónico. Cantan las cigarras al sol. La Puerta del León, del IV a. C, representa a ese animal mordiendo a un toro y simbolizaba a los habitantes de Butrinto defendiéndose de sus enemigos. El busto de Apolo, cuyo original se conserva en Tirana, de frente parece una mujer y de perfil un varón.




Puerta del León
Puerta del León


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