Goles de cabeza de Luis Suárez y Sergio Ramos
Los merengues mantienen la ventaja de seis puntos
*Fotos cortesía de la web de El País
Posaron como una
familia unida por las víctimas del vuelo del Chapecoense. Marcelo y Ney rezaron
codo a codo.
Nada más empezar soltaron
la pelota en el patio de colegio.Todas las ganas del mundo. La técnica tenía
frío. Modric, Isco y Rakitic en el
tatami. André y Kovacic firmaron tablas.Coberturas y balones divididos.
Ningún niño del mundo imitará mañana una
acción diferencial de los arietes. Las estrellas tenían luces led.Sin noticias
de Gurg. Todo pudo saltar por los aires si Clos pita un penalti de Mascherano a
Lucas en el minuto dos. Luego el aguerrido argentino agarró a Cristiano.La mano
de Iván es, a todas luces, involuntaria. En el otro área Alba pidió mano de
Carvajal. Quizá rebota antes en el pecho pero la zamorana es para los porteros. La polémica y las pipas evitaban que
volviésemos a la siesta.
Volvió Iniesta tras
su Cuaresma. El tempo de un latido. Dejó un pase tenso a Messi que el Camp Nou
supo agradecer. Pero el solista fue Busquets. Tras una campaña gris hoy reinó
en una medular llena de socavones. Fue al suelo, desplazó en largo con acierto
y se animó con más de una guirnalda. El melón se abrió tras un gilicórner que
pateó Ney.Y no fue Piqué quien comió el caramelo. Sino Suárez bien encajado
entre Lucas y un Varane mal orientado. Los dos sudamericanos se ganaron
amarillas por pataletas. Al Madrid se le
atragantó el gol en el esófago. El
sacrificado fue un Isco sudoroso que tenía ganas de patear el banco. Fueron
minutos de bullying local. Neymar tras fintar a Carvajal
erró a placer desde el pico del área pequeña.
Lucho jugó a gastar
los cambios. Nunca lo hace. A
contemporizar. El último cambio del francés fue Mariano. Mientras James
preparaba las maletas.
El Madrid comenzó
a embotellar a los culés. A ver si caía algún balón parado. Los centrales
esperaban su gloria. Arda trabó a un jugador de espaldas, algo que no gusta a
los técnicos. Modric, como en la Décima, preparó el visor. Y Ramos, como
siempre, ganó el salto. No mojó más el ánimo de los azulgrana la noche de los
aspersores. Minuto 90. Keylor despejó un
balón de puños. Nunca me pareció una superficie de seguridad. Dejó su jaula
desguarnecida. Y el cabezazo apurado desde la frontal de Sergi Roberto hubo de
sacarlo Casemiro in extremis. A festejar
el botín que habían firmado.
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