Ciclo Nexos de la Ciudad de la Cultura (17-12-2016)
por el 150 aniversario del nacimiento de Valle Inclán
La profesora
Dianella Gambini aguantó poco sentada. Su discurso fue in crescendo. Le faltó
tiempo quizá. La primera prosa de Valle goza de fluidez amorosa y tintes
modernistas. Después es más cortante, con énfasis en la violencia verbal y
personajes acartonados y grotescos.
Sigue un esperpento
ucrónico y urbano donde dominan los valores materiales. Le gustaba estar fuera
del sistema pero no era un anarquista, pensamiento que comparte con Machado.
Incluso dimitió de varios cargos. Su
sombrero es más del XVII que del naturalismo del XIX. Es católico. Y un buen hidalgo pero la sangre azul hay que
demostrarla. Juan Manuel de Montenegro,
noble arrogante de las Comedias Bárbaras,
dijo “no olvides las obligaciones de sangre”.
En Las Meninas se encuentran muchos
elementos de la estética del dramaturgo gallego. Velázquez sale en la obra con
el pincel en ristre.Valle, a su vez,era muy discreto y celosísimo de su
intimidad. El hispalense transmite misterio con su arte, al igual que Valle con
sus palabras.En la obra pictórica del hombre que porta la Cruz de Santiago
resalta lo invisible que hay detrás de lo sensible. Por ejemplo, las infantas
del primer plano no estarían sin la presencia de los reyes, que sólo se dejan
ver en un espejo. La puerta abierta del
fondo es un anticipo del Barroco.
Femeninas es una obra de Ramón María de
la primera época. Octavia es una mujer de unos cuarenta años que tiene un
amante joven llamado Pedro. Final abierto.
Ella,agonizante, afirma antes de morir “No debes quererme. Te he
engañado. He sido mala”. Parece intuirse un adulterio pero quizá sólo sea una
simulación; parece que se inmola para que su querido no sufra.
En los escritos del
manco encontramos a menudo los estereotipos de mujer frágil y de mujer
crucificada. Satán desea que demos vueltas sin mirar al centro, a Dios. El hombre pretende encontrar la calma,
quietud y armonía. “El poeta debe crear las palabras ideales e inmóviles”.
Bradomín pertenece a imágenes de otros
tiempos y geofrafías de galanes similares. Es el arquetipo de seductor. Recuerda al Don Juan de Tirso de Molina, a Tenorio de Zorrilla y a Casanova. Además, también es guerrero en un “canto
homérico”. Se presenta como guardia noble del Papa y carlista. Aparece con
sapos, símbolo del averno. Con un pie
fuera de este mundo.
María Rosario,rodeada de palomas, es la protagonista femenina de Sonata de Primavera.Iba a entrar en un
convento pero enloquece. La comparan con Santa Isabel de Hungría, mujer de
comienzos del XIII que fue muy generosa con los pobres. Valle también equipara a las cinco hermanas
con una pintura mítica;“es un grupo casto y primaveral como aquel que pintó
Botticelli”
En la Sonata de Invierno interpreta la guerra
de forma épica y mítica,como hacía su amigo Darío. Se idealiza al rey Carlos
que está con sus soldados. Galdós escribía historias más narrativas.
En poesía vuelve a
la Galicia arcaica de los pastores en Aromas
de Leyenda. Como sacado de un cuadro de Giuseppe
Palizzi. Hay armonía entre lo dionisíaco o pasional y lo apolíneo.
En Divinas Palabras afloran los peores vicios.
El cornudo, en lugar de vengarse, lleva a la mujer a la Iglesia para
perdonarla.“El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”.Si la
historia de Pedro Gailo es una obra de transición,el esperpento baña ya Luces de Bohemia. Podría ser perfectamente lo
que plasma Munch en Atardecer en la Avenida Karl Johan. Max
Estrella es el poeta bohemio. La última reacción contra el mundo burgués.Al ser
ciego tiene que dictar le lo que escribe a su mujer. “Para mí siempre es de
noche”. Cae en el pesimismo. “Los héroes
clásicos se han ido a pasear al callejón del gato”.Morirá como un perro en el
umbral de su casa. La soledad existencial. Hasta le roban el billete de
lotería. “Si dejas de producir ya no vales”.
Los cuernos de Don Friolera evoluciona hacia el teatro del absurdo.
No es un personaje sino una ridícula marioneta. Un guiñol que mata por error a
su hija.Recuerda a la historia de Medea o al satírico Dios Marte de Velázquez. Héroes clásicos distorsionados por
un espejo cóncavo.
Cuando le preguntan por
el arte futuro afirma “Ya no somos una raza de conquistadores y teólogos. Europa
es una deformación grotesca”. Sólo queda reírnos de nosotros mismos.
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