Mesa Redonda del Spin 2016 en la Ciudad de la Cultura
con José Luis Cuerda, Simón Mesa y Emma Lustres (30-9-2016)
Orgullosa. Viste
los zapatos y la americana que lucía Goya Toledo en El Desconocido. Emma Lustres, ordeñadora de Vaca Films,
presenta a José Luis Cuerda en Spin 2016.Ya lo conocemos.
En el escenario
también está el joven director Simón Mesa. “En Colombia la industria del cine
es casi inexistente. Está en proceso”. Aprovecharon para desgranar Leidi, corto que se alzó con la Palma de Oro en Cannes hace
dos años. Cuerda lo analizó con lupa.
“Algunos te tacharán de que los planos son muy largos”. Alabó el gusto en
el encuadre y la calidad sin necesidad de intentar lucirse con muchos
elementos de audio y vídeo. “El llanto del bebé es leve. No berrea”. Y hace la
onomatopeya. “¡Se ve que gastaste poco
en iluminación!”. Dice sin desprecio. Y el veterano hace memoria. Cuando creaba cortos lo hacía para demostrar si era capaz de
hacerlos. “Los amigos del cortometrajista, que salen allí, no sirven para decir
si este es bueno o no”.
El padre de Cuerda
le regaló una cámara Súper 8 cuando apenas tenía unos 18 años. Compró un libro
de consejos para saber utilizarla.”Hitchcock
colocaba la cámara en unos sitios muy complejos”. Y también le encandila lo que
sabían los popes del Neorrealismo como Rossellini.
Se siente
afortunado de haberse formado en la Escuela de Argüelles con
hombres de la talla de Luis Revenga, Antonio Drove,
Manolo Marinero o Emilio Martínez Lázaro.
También tuvo como
maestro al guionista Rafael Azcona.
Decía “los directores españoles sois tontos porque vais en taxi y ahí no se
aprende nada. Coged el bus”.“Le repugnaba el sentimentalismo. Eso es un
ejercicio masturbatorio”, tesis esta última escupida por el albaceteño. “Lloro
casi todos los días. Es vejez. Pero no voy a dejar que me arañen el
corazoncito”.69 primaveras.
En el Festival de
San Sebastián se quedaba dormido en las películas de las ocho de la mañana porque
venía perjudicado de la noche.
“¿Quién me iba a
decir que un disparate como Amanece que
no es poco iba a gustar al público? Son
personajes imposibles con experiencias personales mías”. Muchos recordarán la
escena del profesor que pone un examen hiperbólico sobre las ingles. Hay hordas
de fans.
“No la hemos
perdido,nos han hecho abandonar la necesidad de hacer cine”.Se puso una losa
al cine español en la manera de legislar
y buscar financiación. Aclara “No hacemos cine con el dinero de los contribuyentes”.
Ve un panorama desalentador.“Por ir a grabar a Nueva York no hay que pagar,
incluso te desgravan”. “Se decide que todos somos unos rojos de mierda. Nos
ponen la zancadilla para que no nos podamos levantar.Sólo se hacen cosas a la
heroica.”
El productor se muestra preocupado. “Se perdió
la gimnasia del análisis”. Pero sí rescata una charla que mantuvo con Enrique
Lavilla. El periodista defiende que hay dos tipos de películas. Las
referenciales o secuelas que se refieren a otras anteriores y el cine de
verdad.
Hemingway decía dos cosas de la
creación. Que hay que tener un “detector de mierda” que resista aunque te den
con un mazo. Y que la buena narración ha de enseñar sólo un diez por cien del
total. El iceberg que asoma será una parte mínima de lo hay bajo la línea de
flotación.
“Lo que más me
interesa son los personajes y la
relación entre ellos.Si veo que debajo del traje hay un robot me salgo del
cine”. Insiste en la alergia que le producen los fuegos artificiales o
espectáculos circenses. “No me gustan los hombres que vuelan y otros
estereotipos”.
Sus pelis fetiche
son Plácido y El Apartamento. Dos desgraciados de los que se burlan. Una vez
cogió un diccionario de cine y buscó a directores.Rescató a cien. Empezando por
la A de Robert Aldrich. Ahora se fija en el cine pobre, de escasos medios.
Cintas japonesas o turcas.
“No pienso hacer
nunca una película sobre un político corrupto. No le hago un monumento a un
sinvergüenza así que quiera acumular capital. Me interesa mucho más el pícaro”.
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