Grabados de Salvador Dalí en A Fundación de Obra Social ABanca.
Pertenecen al Museo de Artes del Grabado (cuidado, Artes es una localidad barbanzana)
El de los bigotes también ilustró La
Vida es Sueño, Apocalipsis, La Biblia, y El arte de amar de Ovidio.
Para Dalí El Quijote“es una especie de bufón, el
mayor fetichismo del mundo”.Tienen muchos paralelismos. La locura, fascinación
por los sueños, fantasía desbordante y el amor apasionado por una dama, sea
Dulcinea o Gala. Son estampas llenas de expresividad. Alonso Quijano figura con
imagen austera y Sancho más cercano al cubismo. No faltan la posada de Juan
Palomeque o la ilustrada princesa Micomicona. Hizo varios bocetos del
invulnerable yelmo de Mambrino.
El artista de
Figueras también puso su punto de mira en las fábulas de Jean La Fontaine, que
muchas veces proceden en realidad de Esopo.Ya hiciera Grandville unos grabados
sobre esa temática. El objetivo es moralizar la conducta a través de una
exótica fauna. Critica adulaciones y apariencias.El legendario elefante con
patas de jirafa muestra jerarquía en Animales
con peste.
Son veinticinco las
litografías sobre Los sueños caprichosos
de Pantagruel . Recrea las ilustraciones que hiciera François Desprez
sobre la obra de Rabelais. Todas apuestan por un juicio feroz a la naturaleza
del ser humano y sus pecados capitales. Auténticos esperpentos visuales.
Uno de los
personajes de la novela es Grandgousier.Se le dibuja cuando intenta compartir
los dolores de parto con su mujer Gargamelle. Incluso le propone que le
seccione el miembro viril.
La fealdad de
Antífisis se opone a la armonía de la naturaleza. Quiere que sus hijos sean
bellos. La figura de Carnestolendas critica los abusos de glotonería en los
días previos al ayuno de la Cuaresma. E incluso el consumo desmesurado de
huevos durante el tiempo de penitencia.
Se atreve, como no,
a buscarle las cosquillas a las Instituciones de mediados del XVI. Del
Pontífice Julio II, que formaba parte de la Liga contra Francia, se parodia su
incontinencia sexual. Un niño amortajado
como una momia se convierte en el Anticristo. No faltan dardos contra la
Inquisición. La alegoría la cubre un ave rapaz amamantando a sus malignos
secuaces.
Se tacha la lujuria
de Enrique II con su amante Diana de Poitiers. Su diminuta condición moral se
representa como un enano con trompa de elefante y gola sobre zancos con ruedas. En otra estampa se insinúa su sífilis y
dolencias por priapismo. También se cree que la dama ya mantuviera encuentros
ilegítimos con Francisco I, a quien Dalí incorporó una pata de cabra.
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