miércoles, 9 de marzo de 2016

Los cuentos de Dalí


Grabados de Salvador Dalí en A Fundación de Obra Social ABanca.
Pertenecen al Museo de Artes del Grabado (cuidado, Artes es una localidad barbanzana)

El de los bigotes también ilustró La Vida es Sueño, Apocalipsis, La Biblia, y El arte de amar de Ovidio.

   Para Dalí El Quijote“es una especie de bufón, el mayor fetichismo del mundo”.Tienen muchos paralelismos. La locura, fascinación por los sueños, fantasía desbordante y el amor apasionado por una dama, sea Dulcinea o Gala. Son estampas llenas de expresividad. Alonso Quijano figura con imagen austera y Sancho más cercano al cubismo. No faltan la posada de Juan Palomeque o la ilustrada princesa Micomicona. Hizo varios bocetos del invulnerable yelmo de Mambrino.
 

   El artista de Figueras también puso su punto de mira en las fábulas de Jean La Fontaine, que muchas veces proceden en realidad de Esopo.Ya hiciera Grandville unos grabados sobre esa temática. El objetivo es moralizar la conducta a través de una exótica fauna. Critica adulaciones y apariencias.El legendario elefante con patas de jirafa muestra jerarquía en Animales con peste.

 
 
  Son veinticinco las litografías sobre Los sueños caprichosos de Pantagruel . Recrea las ilustraciones que hiciera François Desprez sobre la obra de Rabelais. Todas apuestan por un juicio feroz a la naturaleza del ser humano y sus pecados capitales. Auténticos esperpentos visuales.
 
   Uno de los personajes de la novela es Grandgousier.Se le dibuja cuando intenta compartir los dolores de parto con su mujer Gargamelle. Incluso le propone que le seccione el miembro viril.

   La fealdad de Antífisis se opone a la armonía de la naturaleza. Quiere que sus hijos sean bellos. La figura de Carnestolendas critica los abusos de glotonería en los días previos al ayuno de la Cuaresma. E incluso el consumo desmesurado de huevos durante el tiempo de penitencia.

   Se atreve, como no, a buscarle las cosquillas a las Instituciones de mediados del XVI. Del Pontífice Julio II, que formaba parte de la Liga contra Francia, se parodia su incontinencia sexual.  Un niño amortajado como una momia se convierte en el Anticristo. No faltan dardos contra la Inquisición. La alegoría la cubre un ave rapaz amamantando a sus malignos secuaces.
 

   Se tacha la lujuria de Enrique II con su amante Diana de Poitiers. Su diminuta condición moral se representa como un enano con trompa de elefante y gola sobre zancos con ruedas.  En otra estampa se insinúa su sífilis y dolencias por priapismo. También se cree que la dama ya mantuviera encuentros ilegítimos con Francisco I, a quien Dalí incorporó una pata de cabra.







 

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